Columna Crónica Alto Apureñas. Aljer
“Chino” Ereú.
DON LORENZO
ZAPATA
LLANERO DE
SOGA EN MANO
Esta mañana
almirante
por los lados
de La Miel
imaginé el
tiempo aquel
cuando todo
era abundante.
Tiempo que ya
es muy distante
y que se
marchó sin retorno
quedando solo
de adorno
el recuerdo
en nuestra mente.
El tiempo de
aquella gente
como Lorenzo
Zapata,
de sombrero y
alpargata
esmerado en
su labor.
Parrandero
con vigor
hombre sin
hambre y sencillo
que hizo del
trabajo un trillo
para lograr
su fortuna
y sin
estimación alguna
mantener
firme su honor…Aljer
BREVÍSIMA
INTRODUCCIÓN.-
Lorenzo
Zapata Orellana. Hombre de reciedumbre llanera. De esa raza atávica cuyos
vestigios nunca desaparecen, que solo se
encubren en la fructuosa tierra del llano, porque fueron llano, se hicieron con
èl y a él volvieron saldando el empréstito vital. Hombre cerril formado en la sabana sin
lindero, la que ceñía con su mirada
en lomos de su montura haciéndola suya,
como suya fue su alma indómita, como suya fue la naturaleza glauca
vivificadora, como suyas fueron las sabanas del Hato San Lorenzo. Realmente fue
este hombre un congénito del llano en toda la expresión del calificativo. Tan
conocedor de las faenas recias como de los golpes del arpa llanera, siendo un
genuino representante de la llaneridad alto apureña. Mucho se pudiera grafiar
sobre sus virtudes y sobre su personalidad sencilla y recta, y mucho se pudiera
escribir sobre su aporte tangible al Guasdualito contemporáneo en sus facetas
como ganadero y guasdualiteño con
verdadera identidad y pertenencia preocupado por el avance de su tierra. A
continuación un breve recuento de su tránsito de vida.
EPÍTOME DE
VIDA.-
Llegado al
mundo terrenal el 07 de septiembre de 1920. Siendo hijo de Fabriciano Zapata,
teniendo como hermanos a Carlos y Jesús Zapata. Igualmente hermano de doña
Josefa, madre de Francisco Padilla Zapata. Toma estado con María Rivero y de la
unión matrimonial nacen: Delvia, Josefa, Alicia, Fabio, Nelly y Wilfredo Zapata
Rivero. En lotes de sabana colindante con El Tambo, El Chaparral y Santa Elisa
se asienta y levanta el Hato San Lorenzo, teniendo como vecinos a Álvaro
Zapata, Evaristo Sánchez y al mismo Francisco Padilla. Trabajador incansable
que levantaría su feudo con trabajo y rectitud. Llegaría a ser fundador y
presidente de la Asociación de Ganaderos del Alto Apure, y miembro creador del
Club de Leones de Guasdualito. Recordado por su desprendimiento con su pueblo,
en una época feraz y de ventura, donde supo granjearse el sincero aprecio de
los candorosos guasdualiteños. En las celebraciones conmemorativas de la Virgen
del Carmen de la que fue ferviente asistente y practicante, procuraba en aquel
tiempo donar de su rebaño varias reses para que fueran repartidas para consumo
de la población. Tiempo en el que se le veìa con sombrero y alpargata transitar las polvorosas calles de retícula
del Guasdualito agreste y pastoril en su
Jeep Willis, haciendo sus diligencias para luego dirigirse a sus labores
ganaderas.
Perpetuada la real anécdota cuando se dirigía a su propiedad y, en el trayecto observó a varias gàndolas cargadas de buena parte de sus reses, esto por el cumplimento de una hipoteca por un juez apresurado. Al cruzarse cara a cara don Loro enfrenta con revolver en mano al arrojado cobrador, quedándole como única alternativa al antedicho regresar y devolver una a una las reses embarcadas en ausencia del legítimo dueño. Igualmente muy recordadas aquellas parrandas o bailes en San Lorenzo que con agrado y complacencia solía organizar. En esos caneyes se oyeron las voces de cantantes de renombres como Ángel Custodio Loyola y El Pollito de Orichuna, además de los mejores contrapunteadores del contorno entre los que destacaron Leoncio y Crispo Hernández. Don Lorenzo Zapata Orellana, sin duda alguna: un personaje del Guasdualito de ayer con huella en el tiempo presente.
ALJER “CHINO” EREÙ.-.
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