Prensa. Leonisia Cusati.
unque hasta la fecha la enfermedad no tiene una cura, en términos generales, “el tratamiento farmacológico y la fisioterapia, suelen mejorar significativamente la calidad de vida del paciente”, afirma el Dr. Miguel Romero, neurólogo de la Clínica Piedra Azul.
El Parkinson es
la segunda enfermedad neurodegenerativa después del Alzhéimer. Se describió por
primera vez en 1817, gracias a los estudios del neurólogo británico James
Parkinson, quien observó pacientes que presentaban lentitud, temblores y
movimientos anormales, llamándola entonces Parálisis Agitans, para describir
los síntomas de este trastorno neurológico.
“En el Parkinson
no hay una diferencia significativa entre hombres y mujeres, aunque es más
frecuente en hombres. Lo que más caracteriza a esta enfermedad es la
disminución en el control de movimientos y la rigidez”, confirma el Dr. Miguel
Romero, neurólogo de la Clínica Piedra Azul.
Se trata de una
enfermedad que no tiene un origen bien definido, por lo cual se atribuye a una
serie de factores que incluyen la predisposición genética, componentes
ambientales y postraumáticos.
Señala que, del
2020 a la fecha, ha visto un aumento en la incidencia de esta y otras
enfermedades neurodegenerativas. “Sabemos que el Covid es un virus muy
neurotrópico y puede afectar, producir, exacerbar y acelerar procesos
neurodegenerativos. Al menos en mi consulta, el aumento en la incidencia de
pacientes con Parkinson y otros trastornos parkinsonianos, ha sido muy
significativa”, comenta.
A escala global,
uno de cada 100 adultos mayores de 50 años, padecen de Parkinson; un aproximado
de siete millones de personas. En Venezuela, aunque no hay estadísticas
oficiales sobre este trastorno, algunas fundaciones señalan cifras estimadas de
entre 40 y 50 mil personas con la enfermedad.
El Parkinson no
es solo un temblor
Explica el
médico de la Clínica Piedra Azul que no todos los pacientes con Parkinson presentan
temblores, y que el diagnóstico es meramente clínico. “La enfermedad es
producto de la degeneración de las células dopaminérgicas en el cerebro. Al
darle un medicamento potenciador de la dopamina, el paciente suele mejorar
significativamente. Es la respuesta al medicamento lo que suele confirmar la
enfermedad.”
Según el Dr. Romero, se puede evidenciar el inicio del Parkinson incluso meses o años antes de que se manifieste de forma evidente, a través del examen neurológico y la observación minuciosa de síntomas poco notables. “Algunos de estos pueden ser el estreñimiento, síntomas depresivos, pérdida del olfato, micrografía o disminución de la escritura.”
Pero al tratarse
de signos tan discretos, el paciente no acude al neurólogo en las etapas
iniciales de la enfermedad sino cuando ya es muy evidente su lentitud y
rigidez; cuando comienza a tornarse inestable para la marcha, caminando con
mucha lentitud.
Factores de
riesgo
Los traumatismos
y el tener familiares con Parkinson de inicio temprano, son dos de los factores
de riesgo. Según el Dr. Romero, la edad promedio para su inicio se encuentra
entre los 50 y los 60 años, y el riesgo aumenta con el pasar de cada década.
“Pero tenemos pacientes de inicio temprano, entre los 35 y 40 años, aun cuando
son muy contados estos casos. Estos suelen tener un componente genético más
preponderante”, dice el neurólogo.
Afirma que más
del 90% de los pacientes con Parkinson requiere de un soporte medicamentoso, el
cual varía según el caso. “La medicación es la piedra angular del tratamiento.
Lo que se busca es restituir la función dopaminérgica, en la medida de lo
posible, o potenciar los receptores de la Dopamina, para tratar de mejorar los
síntomas.”
Adicionalmente,
el paciente debe ser atendido con fisioterapeutas especializados en esta
enfermedad, siendo el segundo tipo de tratamiento más eficaz para disminuir los
síntomas de rigidez y lentitud.
Señala que la
Clínica Piedra Azul ofrece un servicio de fisiatría y rehabilitación, con
personal muy capacitado en el tratamiento de este tipo de enfermedades, donde
los pacientes suelen mejorar significativamente la rigidez que les afecta. “La
clínica cuenta además con servicios de psicología y psiquiatría en caso de ser
necesarios”, comenta el Dr. Romero.
Desde el punto
de vista del apoyo psicológico, señala que siempre es conveniente, sobre todo
con los pacientes jóvenes. “No es lo mismo sufrir de Parkinson después de los
80 años que a los 35 o 40, cuando la carga emocional suele ser mucho mayor
porque se está en edad laboral y se practican muchas más actividades físicas
que un paciente de edad avanzada.”
“Como
especialista, lo primero que proveemos es de mucha información. En mi consulta
particular, el paciente con alguna sospecha o queja de posible Parkinson, sale
muy bien informado sobre la enfermedad, su tratamiento y pronóstico. Esto es
esencial. Muchos pacientes que ya han sido diagnosticados, desconocen la
enfermedad y no entienden el rol que tienen como pacientes y el de la familia
en el aspecto terapéutico. Es una información personalizada, porque cada
paciente presenta sus propias características”, concluye el neurólogo.
Acerca de la
Clínica Piedra Azul
La clínica Piedra
Azul, ubicada en la avenida principal Los Guayabitos, en el Municipio Baruta,
fue concebida hace 22 años como un centro de salud de especialidades, cuyo
objetivo es brindar un servicio de calidad, con estándares de seguridad y
excelencia en el tratamiento de sus pacientes.
La Clínica
Piedra Azul - @clinicapiedraazul -, cuenta con modernas instalaciones y las
opciones médicas acordes a las necesidades de cada paciente de manera efectiva
y personalizada.
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