Por César Méndez Campero.
Acabamos de ser testigos de un acontecimiento deportivo que involucra a uno de los más notables peloteros venezolanos de la actualidad. José Altuve soltó cinco jonrones en menos de 24 horas. Dos el pasado lunes y tres el día martes.
Por ser considerado un bateador más de contacto que de poder, lo de Altuve fue realmente asombroso.
Ya golpear dos veces para cuadrangular en un mismo juego, es algo importante para alguien de su estatura y características. Los tres bambinazos del martes son una hazaña y que cuatro de los cinco tablazos hayan sido en turnos consecutivos lo maximiza aún más.
Entonces nos topamos ante un hecho con pocos precedentes en la historia de las Grandes Ligas y se eleva el valor de lo conseguido porque quien lo hizo no fue Aaron Judge, Shohei Ohtani o Matt Olson, sino el diminuto José Altuve.
Sí se revisa la tabla de venezolanos con tres para la calle en un juego notamos una mayoría de tipos con fuerza: Miguel Cabrera, Carlos González, Andrés Galarraga, Víctor Martínez o Richard Hidalgo.
Ahora bien, el martes en las redacciones deportivas hubo la disyuntiva: Destacar los cinco jonrones en un lapso inferior a 24 horas o los tres del propio martes?
Creemos que por las características del personaje (Altuve) lo noticioso estuvo en que nuevamente ante los Rangers desató su poder, esta vez con trío de vuelacercas, en turnos e innings consecutivos (1, 2 y 3).
Lo que sí es cierto y no tiene discusión, es que somos privilegiados de poder ver a este prodigioso pelotero criollo, repartir batazos de distintos calibres, desafiando y derribando viejos paradigmas como el de la estatura de un jugador de beisbol promedio en la pelota de lujo.
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