Opinión. Alexis Tovar. Haciendo uso del argot hípico, por cierto muy conocido por muchos políticos, la campaña electoral ya está entrando a la última curva para después desembocar en la recta final y a medida que eso ocurre, se intensifica la lucha por el anhelado premio: La silla de Miraflores, en medio de esa intensa pugna, de pronto sentimos un gran dejàvú y nos vemos inmersos en aquellas candentes gestas entre adecos y copeyanos, maletinazos, saltos de talanquera, compra de conciencia, traiciones y por supuesto las reacciones y evidencias que cada una estas viejísimas armas, características muy marcadas del estilo politiquero del pasado van dejando: muchos nos acordamos de las famosas “aplanadoras” que los partidos de gobierno aplicaban a sus opositores en el extinto congreso nacional (ya va ¿de verdad está extinto?
Porque los whisquicitos, cuadres tras bastidores, pago de “comisiones” y alcahueterías parlamentarias siguen ocurriendo y supuestamente eso era lo que querían extinguir, entonces se puede aplicar el viejo dicho “el mismo musiú, pero con diferente canchimbo”) la diferencia del ahora con él antes es que en otrora eso lo hacía el gobierno de turno para mantener su ya cómoda mayoría y para no dejar que los opositores ganaran mucha cancha, mientras que ahora, estas antiguas armas demuestran otra cosa: MIEDO, PÁNICO, TERROR y todos sus sinónimos, juntos y revueltos sentidos por un sector político que luego de 14 años en el poder, ve como lejos de mantener la mayoría, tiene que recurrir a “potes de humo” y guarimbas para tratar de dispersar la atención del electorado hacia sus oponentes, pero lejos de ello, estas artimañas así como el mal karma, se les revierten.
Porque a diferencia del pasado no tienen una cómoda mayoría y el sector opositor ya les ganó el terreno, los recientes acontecimientos políticos, específicamente el del videíto en donde un diputado opositor en una evidente muestra de inmadurez e inexperiencia, fue filmado mientras recibía unos fajos dinero de manos de un conocido empresario, financista del sector oficialista, este acontecimiento de inmediato fue aprovechado por el oficialismo para accionar su artillería antipublicitaria contra los opositores, inmediatamente el líder del bando opositor actuó y excluyó al mencionado diputado del proyecto y equipo político manifestando de esta manera su rechazo a las rancias maniobras políticas del pasado y a la corrupción, a diferencia del líder oficialista que ante casos como el maletín con dólares de Argentina, los alimentos podridos de PDVAL, las obras inconclusas de los Juegos “Los Llanos 2007” en Apure y muy recientemente la Tragedia de Amuay no actuó con celeridad y las letárgicas reacciones ante los mencionados casos no muestran sanciones ni responsables.
Hasta allí por los momentos les hablo de política, ahora tomo su atención para comentar un caso muy particular de Apure en materia de telefonía celular: desde el propio surgimiento de la comunicación celular en Venezuela, Apure ha sido uno de los estados que mayor acogida ha dado esta tecnología al punto tal de ver en lugares tan recónditos como las cercanías del Estado Bolívar a los canoeros con equipos celulares para mantenerse en comunicación con familiares, clientes y amigos, el punto es que en lo referente a la empresa MOVISTAR el centro de atención más cercano queda en Calabozo, estado Guárico, a 1 hora y media de carretera aproximadamente, allí la atención al cliente es extraordinaria, con personal uniformado y debidamente identificado, se siente desde el propio momento de llegar como cada cliente es abordado y su caso es resuelto dentro de un ambiente agradable con ética y seriedad, pero los apureños nos preguntamos: ¿será muy difícil crear un Centro de Servicio técnico en la Capital de Apure? En estas pocas líneas estoy seguro de encerrar y reflejar el clamor de la totalidad de los usuarios de MOVISTAR en Apure si bien es cierto que por la ubicación geográfica y la cantidad de suscriptores tal vez no sea económicamente rentable para la compañía la creación de un Centro de Servicio, pero también es cierto que los suscriptores de Apure merecemos una mejor atención en retribución a nuestra fidelidad con esta empresa.
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