Prensa.
Diario El Nacional.
Una mezcla de sentimientos se registró durante las exequias al Presidente
en la capital. Maduro, Cabello y Evo Morales iban al frente de la caravana
MARU MORALES /
HERNÁN LUGO-GALICIA
Desde las 7:00 am comenzaron a llegar
seguidores del presidente Chávez a las puertas del hospital militar, atendiendo
el llamado de Nicolás Maduro para acompañar al cortejo fúnebre que recorrió 8
kilómetros hasta la Universidad Militar de Venezuela, antes Academia Militar.
Poco a poco el lugar se fue llenando y a las 10:45, cuando se inició el acto,
ya no cabía un alma.
Las muestras de auténtico sufrimiento por
la pérdida del líder del oficialismo eran conmovedoras. La consigna más
repetida fue “Chávez y Simón juntos al Pantéon” y cuando el camión de sonido
puso el tema “Chávez corazón del pueblo”, usado en la campaña presidencial de
2012, cuatro mujeres alineadas en la primera fila detrás de las bardas de la GN
rompieron en llanto.
La imagen recordó a las madres que lloran
desconsoladas la pérdida de un ser querido mientras aguardan a las puertas de
la morgue: se abrazaban, se llevaban las manos a la cabeza, se tapaban la cara
e incluso gritaban en medio del llanto: “¡Se nos fue, se nos fue!”.
A las 9:10 am comenzaron a escucharse los
ensayos de la banda marcial interpretando las marchas fúnebres y volvió la
conmoción. “Cuando venga el cortejo, camaradas, no griten, entonemos el himno,
la canción más bella, el mejor homenaje a nuestro líder”, indicaba un dirigente
encargado de la organización externa.
Darío Vivas, primer vicepresidente de la
Asamblea Nacional y encargado de movilización del PSUV, salió a dar
instrucciones al camión de sonido y recibió el afecto de los presentes. A las
9:30 am llegó el diputado por Caracas Freddy Bernal, quien tuvo que enjugarse
las lágrimas varias veces y pedir unos minutos para recomponerse antes de
declarar a los medios.
Wiston Vallenilla llegó acompañando al ex
gobernador de Aragua Rafael Isea y la multitud se emocionó, pero los gritos no
eran de euforia, como suele ocurrir en las concentraciones del gobierno, sino
gritos de tristeza. Vallenilla alzó el puño y la gente lo aplaudió.
La mayoría de los ministros y gobernadores
llegó en carro con los vidrios ahumados y fue difícil distinguirlos, pero el
canciller Elías Jaua rompió el protocolo de sus compañeros de gabinete y se
bajó de la camioneta; se abalanzó en los brazos de la gente; casualmente las
mujeres que lloraban desconsoladas lo recibieron y lloraron juntos. Uno de los
momentos más estremecedores fue cuando entraron al hospital los tres vehículos
del cortejo fúnebre.
El primero cargado de ramos y coronas de
flores decorado en la parte trasera con una bandera nacional; el segundo sirvió
para el transporte del sarcófago, y el último, la limosina, para trasladar a
algunas personalidades. El llanto se enardeció: “Dios mío, no puede ser, no
puede ser”, decía una señora visiblemente afectada al ver la carroza.
La ministra de Educación Universitaria,
Yadira Córdova, también llegó caminando pero saludó desde lejos a las personas
de la barda. También el ministro de Petróleo, Rafael Ramírez, llegó a pie y
saludó a los presentes que cantaron consignas y corearon las canciones de Alí
Primera que acompañaron en todo momento la espera.
A las 10:00 am llegó el grueso de los
diputados de la bancada oficialista en la Asamblea Nacional, incluido Hernán
Núñez; la gente los recibió entre aplausos. El último en llegar, cuando ya el
sacerdote ofrecía las oraciones y pedía la luz perpetua para el Presidente, fue
el gobernador de Vargas, Jorge García Carneiro.
El momento cumbre fue sin duda la salida
del féretro del primer mandatario en una carroza. Primero sonaron las marchas
marciales y luego el himno nacional grabado en alguno de los actos del
presidente Chávez entre 2010 y 2011 y que fue usado en todos los actos del PSUV
y del Gobierno a los que el jefe del Estado no pudo asistir durante el tratamiento
por su enfermedad. Es un himno cantado en una concentración, por lo que se
escucha al presidente interactuar con la gente. Su reproducción volvió a
arrancar sentidas lágrimas.
Los seguidores del Presidente se
movilizaron desde varios puntos del país y de Caracas. Los funcionarios
salieron desde los ministerios rumbo a la plaza O’ Leary, donde se incorporaron
al homenaje a Chávez. Hubo muestras de tristeza; de rabia entre quienes creen
que perdieron al único Presidente que los defendió y temen que la revolución
pueda perderse, como los Guerreros de La Vega y Los Tupamaros, colectivos que
rechazan cualquier diálogo con la oposición.
Durante el recorrido de la carroza fúnebre
se sumó gente a la caminata que encabezó Maduro, Cilia Flores y el presidente
de Bolivia, Evo Morales.
Las réplicas de la bandera nacional
permanecerán a media asta en la Universidad Militar de Venezuela el viernes,
cuando concluyan los actos religiosos en honor de Chávez. Los cañones de salva
sonaron cada media hora en espera de los restos mortales. “En la calle hay
amor; no hay venganza política contra quienes adversaron al comandante, pero no
se equivoquen: no dejen que ese dolor, se convierta en rabia”, alertó Juan
Barreto.
El PCV rindió un tributo a quien calificaron de “un cuadro revolucionario que
se eternizará en el imaginario colectivo de la patria como ejemplo de firmeza,
entrega, valentía y grandeza revolucionaria”.