Opiniòn. Vito
Vinceslao
El sensible
fallecimiento del Presidente de la República Hugo Chávez, ha conmovido hasta
los cimientos a la nación y nos ha convertido en titular mundial. Se ha
marchado prematuramente el mandatario más polémico de la historia nacional. Su
vínculo afectivo indudable con sus seguidores ha convertido este momento
histórico en un hecho altamente emotivo.
Del lado de quienes
nos opusimos a sus ejecutorias, hay muchas tareas: la primera es la del respeto
y recogimiento ante la dimensión humana del trance; luego tener en cuenta el
intenso duelo de sus allegados y seguidores. Finalmente, esperamos coincidir
con nuestros adversarios políticos en la urgencia de apegarnos a la constitución
y la ley en el momento más delicado que recordemos en nuestra historia republicana.
Las horas
transcurridas son muy pocas como para poder evaluar qué terreno estamos pisando
y hacia dónde vamos. Creemos que es el momento para construir país desde cada
uno de los ciudadanos de esta tierra. Todos debemos militar en la paz, en el
respeto, en la ley y construir las páginas venideras de nuestra historia sobre
el imprescindible contrato social que preserve la convivencia por encima de las
diferencias.
Ciertamente Hugo
Chávez nos marcó. Nos involucró a todos en la política, nos hizo cuestionarnos
como país, nos lanzó a quienes no estábamos de acuerdo con él a trabajar en
alternativas, a presentarlas públicamente, a salir en la búsqueda de adeptos
para consolidar un peso específico a una alternativa que creemos más viable
para el bienestar colectivo.
Dice un dicho que la
muerte es la gran igualadora. Las pasiones, los enfrentamientos, los
sentimientos adversos, quedan en el pasado, por el bien del alma que parte y de
quienes nos quedamos.
Chávez ya ocupa su
lugar en la historia y en el corazón de sus seguidores y es una referencia
ineludible que debe ser incluida en la construcción de la Venezuela por venir.
Tanto como lo somos quienes no compartimos su propuesta y hemos sido contrapeso
a un poder cuyas dimensiones lo hacen peligroso, como nos ha enseñado la
historia. Las aguas tomarán su nivel, el país seguirá su rumbo y la mejor
manera de entrar en el futuro es aprendiendo del pasado, rescatando lo mejor de
él y abriéndose a lo nuevo que llega con los tiempos que vienen.
No caben en este
momento aventuras extremistas o desapegadas a la Carta Magna. Llegó el momento
de demostrar la buena voluntad que tenemos en un grupo y en el otro a favor de
la nación y la ciudadanía. Confiamos en que el devenir de las situaciones
excluya durante el proceso que se abre a quienes no vengan con la mejor
intención. Finalizamos extendiendo nuestra condolencia a familiares, amigos y
seguidores, esperando que el reencuentro sea posible en el propósito común de
bienestar. Paz a su alma.
Coordinador Regional
de Independientes por el Progreso Apure.