Columna. Felix Velazquez.
Hace un año me toco asistir a
Washington y visitar el lugar donde el líder de los Derechos Humanos Martin
Luther King dio su discurso “yo tengo un sueño” ante millones de personas de
color que no se sentían a gusto con la segregación racial existente en esa
época.
El estar parado en el mismo
lugar que este gran hombre me hacía pensar que Venezuela necesita un discurso
de integración y reencuentro como el que asomo Martin Luther King al ver su
nación enfrentada por diferencias raciales. En nuestro país las diferencias son
políticas y no le vemos salida a este radicalismo absurdo que solo nos ha
separado como hermanos de una misma patria.
Yo también tengo el sueño que
entre todos podamos construir el Municipio, el Estado o el País con que
millones de venezolanos de buena voluntad soñamos vivir, que dejemos a un lado
la mentira, la corrupción, el atropello político, la persecución por pensar
diferente, la exclusión y por sobre todo la miseria humana que no nos permite
crecer como ciudadanos.
Es el momento para que un
hombre inspirado en los valores de la libertad se pare ante millones de
venezolanos y les diga que esta confrontación está llevando a la quiebra la
lucha de nuestros antepasados y el sueño de Bolívar como era la integración no
solo de Venezuela si no de varias naciones.
Yo seguiré con mi sueño e
inspirado en Martin Luther King en mejorar las condiciones de vida de los
habitantes del Municipio, basta de lucha entre rojos y amarillos, vamos a
trabajar para subirle el nivel a este deteriorado país. Que sea la racionalidad
la que prive a la hora de enfrentar nuestras ideas y no el radicalismo político
que por años nos ha marcado el rumbo.
El discurso de King no solo ha
sido el mejor en la historia republicana de los Estado Unidos, sino que cambio
el destino de miles de afro
descendientes que pensaron que podían vivir en armonía entre blancos y negros.
Hoy chavistas y los que no lo son, se deben dar la mano para dejar a un lado o
en el pasado la guerra a muerte que se tienen, deben seguir el ejemplo de
Abrahán Lincoln, Nelson Mandela y Martin Luther King quienes lucharon y dieron
su vida para que privara la paz y el entendimiento en sus naciones.
Vamos a dejar el radicalismo,
veamos la actividad política como el espacio para conseguir el progreso, el
urbanismo y el desarrollo del país, que la política nos ayude a copiar modelos
de sociedades desarrolladas y poder copiar esos patrones para convertirnos en
una potencia y no en un país bananero, con escasez y pocas oportunidades para
avanzar. Poco a poco este discurso de integración debe cobrar fuerza, muchos
venezolanos están fatigados de la diatriba y la burla, muchos buscan ser lo que
fuimos antes, un país de oportunidades y sueños de integración. @felixvelasquez