Prensa. Proyecto Puente-Mèxico
/ EXCELSIOR
José Manuel Mireles Valverde,
que saltó a la fama pública hace casi once meses como líder de un grupo de
civiles michoacanos de Tepalcatepec que se armó para defenderse de los
secuestros, extorsiones y asesinatos cometidos por narcotraficantes del cártel
de Los Caballeros Templarios, hace 26 años formó parte de ese mundo al que hoy
Mireles afirma combatir, según documentos de la justicia federal.
El 8 de noviembre de 1988
Mireles Valverde fue arrestado a las puertas de su domicilio en el municipio
michoacano de Tepalcatepec por elementos de la desaparecida Policía Judicial
Federal (PJF) en posesión de 86 kilos de mariguana, empaquetados en diez
costales.
Víctima de un accidente aéreo
ocurrido el pasado 4 de enero, el líder de las autodefensas de Tepalcatepec,
que en 1988 fue procesado y en 1991 sentenciado por delitos contra la salud,
fue custodiado por la Policía Federal en la Ciudad de México con una guardia a
las puertas del hospital donde convalecía. Hoy no se sabe públicamente de su
paradero.
Excélsior tiene copia del
expediente del proceso penal 209/988, que se convirtió después en el II-233/988
y que se le siguió a Mireles Valverde por el delito contra la salud en su
modalidad de siembra, cultivo, cosecha y posesión de mariguana, además por la
venta del mismo enervante.
Por estos hechos, Mireles
recibió una sentencia de siete años y tres meses, y una multa de 50 mil pesos
que pudo haber pagado con seis jornadas de trabajo en favor de la comunidad.
Aunque el tiempo que estuvo en prisión fue de tres años y ocho meses.
La sentencia definitiva de
siete años y tres meses en contra de Mireles está fechada el 15 de mayo de
1991. Catorce meses después, el 9 de julio de 1992, Mireles recibió tratamiento
de preliberación. El Consejo Técnico Interdisciplinario del Centro de
Readaptación Social en Uruapan así como la valoración co-criminológica y la
aprobación de la Comisión Dictaminadora de la Dirección de Prevención y
Readaptación Social de Michoacán, concluyeron que Mireles “revela adecuada
readaptación”.
Tras su huella
Mireles Valverde, conocido
entre sus amigos como El Loco Mireles, fue detenido junto con Jesús Cisneros
Andrade, José Cortés Leal y Ricardo Mireles Valverde, hermano del líder de las
autodefensas de Tepalcatepec, que libró la cárcel y actualmente tiene una
tienda de aparatos eléctricos en esa localidad.
Según el expediente de la
justicia federal, los policías judiciales “se constituyeron en la población de
Tepalcatepec, Michoacán, con el objeto de localizar a José Manuel Mireles
Valverde, debido a que tenían conocimiento que dicho sujeto se dedicaba a la
venta de mariguana.
“Que efectivamente —sigue el
expediente—, a la hora y fecha indicadas —tres de la tarde del 8 de noviembre
de 1988— lo abordaron afuera de su domicilio, informándoles que en sociedad con
Atanasio Guízar Chávez efectuó una siembra con semillas de ese vegetal, que él
proporcionaba fertilizantes y demás aperos necesarios para la siembra, cultivo
y cosecha de la yerba de la cual se
encargaba su socio.
“Que convinieron que el
declarante (Mireles) recibiría como pago el 25 por ciento de la producción
total; que de la droga que le correspondió había vendido ochenta y cuatro
kilogramos a un norteamericano de nombre Ronald MacNeal y que la otra parte de
la yerba aún la conservaba, ya que la tenía guardada en una casa abandonada, en
el rancho San Isidro, municipio de Tepalcatepec, Michoacán, hasta condujo a sus
captores y les hizo entrega de diez costales que contenían ochenta y seis
kilogramos aproximadamente de mariguana”, señala el documento judicial.
Su vida en la cárcel de Uruapan
Mireles ingresó al penal de
Uruapan, Michoacán, el 18 de noviembre de 1988, según oficio firmado por el
juez segundo de primera instancia en materia penal, Alejandro Pardo Ontiveros.
Su estatus era de “primodelincuente”, dice el documento judicial.
Armando Saavedra, un veterano
periodista michoacano, que en esa época estuvo preso en el mismo penal con
Mireles y a quien trató ahí durante un año, cuenta que el director del penal de
Uruapan de aquella época, a los pocos días de que Mireles había sido recluido
en ese penal regional, lo nombró encargado de la tienda de la prisión. “llegó
muy bien recomendado”, recuerda el periodista.
Saavedra dice que Mireles —a
quien siguió frecuentando después—, en aquella época le pareció un hombre
tranquilo, con gran apego a la familia, porque recibía constantemente visitas
de sus parientes. Y opina que en el tiempo de reclusión, no vio que Mireles
tuviera madera del líder que es hoy, y que en todo caso el liderazgo que tiene
en estos momentos es meramente circunstancial.
De acuerdo con el expediente
penal del líder de las autodefensas de Tepalcatepec —región de Tierra Caliente
que desde finales de los años veinte tiene problemas similares a los de la
actualidad—, un destacamento de policías de la Judicial Federal, encabezados
por el agente Carlos Castillo Espino tenían información de que un grupo de
supuestos narcotraficantes operaban en la comunidad de Agua Buena, municipio de
Coalcomán, y que entre a los que supuestamente buscaban estaba Mireles
Valverde.
En el operativo federal de
1988, los policías judiciales incautaron, según los documentos judiciales,
tonelada y media de mariguana, que de acuerdo a las investigaciones
ministeriales era propiedad de Guízar Chávez. En el consultorio de Mireles se
encontró equipo de radiocomunicación y varios costales del enervante revueltos
entre otros con ajonjolí que estaban en ese lugar.
En más de una ocasión, José
Manuel Mireles, que se graduó como médico cirujano partero por la Universidad
Michoacana y que intentó hacer una carrera política afiliándose al PRI, desde
donde compitió para ser presidente municipal de Tepalcatepec y perdió, ha
rechazado que haya estado preso.
En las actuaciones del expediente
penal, la defensa de Mireles Valverde apeló a la tortura para obtener la
declaración que lo inculpó y llevó a prisión.
“En efecto, al rendir su
declaración preparatoria, mi defenso dijo que lo detuvieron en su consultorio
para enseguida ser trasladado al campo de futbol de Tepalcatepec, Michoacán, en
donde brutalmente fue golpeado y torturado para que aceptara que era el dueño
de plantíos de mariguana, y de dicho campo fue trasladado a las oficina de la
Policía Judicial Federal en donde lo hicieron firmar diversas actas tanto ante
ellos como ante el Ministerio Público Federal, sin ser impuesto de sus
contenido”, dice el expediente penal, donde el defensor de Mireles apunta que
su cliente y el judicial federal que lo arrestó, Castillo Espino, nunca se
carearon.
Mireles se fogueó en el penal
de Morelia
En 1990, Mireles Valverde fue
trasladado al penal de Morelia y ahí, junto con un convicto acusado de cohecho,
Ives Landa Ruiz, y otros internos, se apoderaron del autogobierno del penal.
Landa Ruiz salió de prisión debido a un amparo directo en 1992, el mismo año
que Mireles.
El autogobierno del penal de
Morelia, al que pertenecía Mireles, cuentan que controlaba la entrada de
drogas, principalmente mariguana y alcohol. Al final de la administración del
entonces gobernador priista Genovevo Figueroa —que después se hizo perredista—,
Mireles y su grupo protagonizaron varios episodios violentos por el control del
autogobierno de la cárcel moreliana.
El periodista michoacano
Francisco López Guido, que emparentó con Mireles Valverde por que se casó con
una hermana de José Manuel Mireles González, padre del hoy líder de las
autodefensas de Tepalcatepec, fue el encargado de litigar y hacer lobby en
favor del médico en su proceso penal.
López Guido escribió durante
más de cuatro décadas una columna en el periódico La Voz de Michoacán, que se
llamó “Toca-Mal”, el año pasado anunció que se retiraba.
Considerado por quienes lo han
tratado como un hombre carismático y a quien “le gira la piedra”, Mireles
empezó su nueva vida después de pasar casi cuatro años de la cárcel, en Estados
Unidos. Se avecindó en Modesto, California.
En California, el médico
Mireles reprodujo el modelo de la Casa Michoacán, que originalmente se fundó en
el estado de Illinois. Trabajó como voluntario en la Cruz Roja de Modesto;
además de ese voluntariado en la benemérita institución, Mireles era la cabeza
visible de un grupo de abogados que trabajan en contra de abusos policiacos
principalmente en defensa de los hispanos, llevaba a cabo un programa de
alfabetización y trabajaba en una
clínica contra el alcoholismo y la drogadicción en Ceres City.
El activismo en EU
Mientras Mireles prepara su
regreso a México, a principios de 2006, el doctor participó en el libro
Michoacán, voto en el extranjero. Una conquista de los migrantes, coordinado
por Gonzalo Badillo Moreno, que apareció en 2007, tuvo un tiraje de 25 mil
ejemplares y fue presentado por Lázaro Cárdenas Batel, entonces gobernador de
Michoacán.
En ese texto, Mireles escribió
un texto en el que muestra su oposición hacia el gobierno y las fuerzas del
orden, pero también hacia la delincuencia, a quienes liga como aliados.
“No, no queremos imponer ni
quitar nada, solamente queremos ser tomados en cuenta en una forma justa y
ordenada en el desarrollo político, económico y social de nuestras comunidades
de origen. Nuestros gobernantes deben considerar que miles de nosotros, quizá
millones, hemos salido de nuestro país huyendo de algo o de alguien y que ese
algo puede ser el hambre…
“Ese alguien –sigue el texto de
Mireles–, pueden ser los mismos agentes
armados: militares, federales, estatales o municipales que se dedican a
secuestrar, asaltar, asesinar y violar a nuestras familias en nuestras comunidades
de origen, con la impunidad que les otorgan sus charolas o credenciales de
“resguardadores de la ley y el orden” firmadas por los gobernantes en turno,
quienes solapan y protegen a estos esbirros considerados como única forma de
aplicar la ley en los pueblos de México, quienes acosándolos siempre mediante
el terror y el desarme en retenes y “revisiones” dizque rutinarias, los ponen
en manos de los que sí son delincuentes para que puedan ser secuestrados,
asaltados o asesinados, sin protección o defensa de autoridad alguna. Por este
motivo nuestra raza emigra en busca de seguridad y de la tortilla, que nuestro
país, con todas sus instituciones; no le proporciona”.
En esa misma colaboración, el
líder de las autodefensa se presenta así: “El suscrito, José Manuel Mireles
Valverde, originario de Tepalcatepec, Michoacán, con residencia en el estado de
California, E.U., fundador de CASA MICHOACÁN, Organización no Gubernamental
para el servicio de nuestra comunidad; tanto en México como en Estados Unidos”.
Pasó por el PRI, el PRD y
Alternativa
Además de haber sido priista en
sus años juveniles, en 2006, auspiciado por Leonel Godoy Rangel (que en 2008
fue gobernador de Michoacán), Mireles fue inscrito por el PRD en la Alianza Por
el Bien de Todos en el lugar 25 de la lista plurinominal para integrar el
Senado de la República. El doctor Mireles estaba en la lista para el Senado por
debajo de María del Carmen Refugio Loya Serrano y arriba de Mónica Hernández
Martínez, según consta en las listas dadas a conocer por el Instituto Federal
Electoral.
Año y medio después y ante la
imposibilidad de integrarse a la LX Legislatura, encabezada en el PRD por
Rosario Ibarra y Carlos Navarrete, Mireles buscó otro espacio político y se
marchó al Partido Alternativa Socialdemócrata. Para las elecciones locales de
Michoacán, del 7 de noviembre de 2007, el doctor Mireles fue inscrito como
candidato de mayoría relativa propietario en el distrito XXI con cabecera en
Coalcomán, en fórmula con Ana Delia Valencia Chávez con el sello de Alternativa
Socialdemócrata, entonces dirigido nacionalmente por Alberto Begné Guerra.
Sobre la postulación de Mireles
y Valencia Chávez, que es la esposa del doctor Mireles, Begné Guerra comenta
que la inscripción de candidatos locales era responsabilidad de los comités
ejecutivos estatales y no del nacional, que él presidía.
No obstante, Begné recordó que
desde 2006 pidió apoyo a Eduardo Medina Mora, entonces director del Centro de
investigación y Seguridad
Nacional (Cisen), para tener información sobre “candidatos dudosos” para las
elecciones federales.
Legalmente, los antecedentes
penales de Mireles no son un obstáculo para que haya sido inscrito como
candidato. En la reforma electoral de 2007 al Cofipe se establecía un candado
para que los partidos políticos impusieran el requisito de no haber tenido una
sentencia ejecutoriada en materia penal, pero en 2008 fue derogado por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Desde 2006 y hasta la fecha, la
ex candidata Valencia Chávez aparece en una lista de la Secretaría de
Desarrollo Social del gobierno federal, como responsable de estancias
infantiles en Tepalcatepec.
Sin cargo en el Congreso de la
Unión ni en el Congreso local de Michoacán, Mireles entró a la nómina del
gobierno estatal de Godoy Rangel, como asesor de asuntos internacionales de la
Secretaría de Salud, en donde estuvo hasta 2011.
“¿Quiere redimirse o hace el
trabajo sucio?”
Un ex jefe policiaco del estado
de Michoacán que conoce buena parte de la historia de José Manuel Mireles
Valverde, menciona que antes de haber sido recluido en el penal de Uruapan,
quince días después de haber cumplido 30 años, el doctor Mireles había sido un
habitante más de Tepalcatepec, que como muchos en la región tenía un gusto
especial por la cacería, de ahí su facilidad para manejar armas, igual que la
mayoría de quienes integran la base de las autodefensas.
Comenta que tiene idea de que
su padre, José Manuel Mireles González, es originario de Tepalcatepec, pero que
su madre, Margarita Valverde, es originaria del norte del estado de Sonora,
porque el apellido Valverde no es muy común en Michoacán.
El ex funcionario estatal
consultado para este trabajo, mencionó que Tierra Caliente y en especial
Tepalcatepec se convirtió en una zona de narcotráfico desde la década de los
ochenta, pero que nunca se habían registrado delitos en contra de la población
en general, es decir que nunca se había cobrado derecho de piso, pues los
narcotraficantes locales mantenían bajo perfil, hasta que en 2000 empezaron a
llegar los cárteles de carácter nacional, como los golfos, zetas, la gente del
Chapo Guzmán, los Valencia, los Arellano, que se empezaron a disputar la plaza
a sangre y fuego.
Informes del gobierno del
estado de Michoacán señalan que los hermanos Juan Manuel Farías Álvarez, alias
El Abuelo y Uriel Farías Álvarez alias El Paisa, son quienes auspiciaron a
partir de febrero de 2013 el surgimiento de las autodefensas en Buenavista
Tomatlán y en Tepalcatepec, con el objetivo de acabar con Los Templarios, que a
su vez son una escisión del cártel conocido como La Familia Michoacana.
Uriel Farías fue presidente
municipal de Tepalcatepec cuando se registró el llamado michoacanazo del
gobierno del presidente Felipe Calderón. El 26 de mayo de 2009, siendo
gobernador Leonel Godoy Rangel, fueron arrestados 12 presidentes municipales,
entre ellos Uriel Farías, pero, como todos los demás, quedó en libertad.
El Abuelo Farías —que pasó seis
años en prisión— dicen los informes gubernamentales, fue quien se encargó de
hacerle frente tanto a gente del cártel de Los Zetas como a los aliados del
Chapo Guzmán, cuando estos grupos delictivos empezaron a ganar terreno en los
límites de Michoacán y Jalisco, que es históricamente su base de operación y
del Cártel Jalisco Nueva Generación.
El ex jefe policiaco estatal
menciona que la irrupción de José Manuel Mireles Valverde en la escena nacional
desde febrero del año pasado tiene dos lecturas: se trata de redimir, porque se
retiró de las actividades delincuenciales en las que participó en el pasado y
está arrepentido; o le está haciendo el trabajo sucio al grupo delictivo de Los
Farías, que según informes de las autoridades locales, desde hace años es parte
del cártel Jalisco Nueva Generación.