Prensa.
CNP.
Periodistas
de la Cadena Capriles rechazaron la portada del diario Últimas Noticias del día
de ayer, originalmente la portada titularía “Dos muertos por protestas” la cual
después de las 11 de la noche se cambió por “Enfrentamos un golpe de Estado”.
En
octubre de 2013 se concretó la venta de la Cadena Capriles, y se informó su
relación comercial con el Grupo financiero BOD, a través del cual se ha
recibido financiamiento para Últimas Noticias, El Mundo Economía y Negocios y
Líder, medios integrantes del mencionado Grupo Editorial. El comunicado de los
periodistas plantea que el cambio de la primera página “es apenas un ejemplo de
lo que ha ocurrido en este periódico en los últimos cuatro meses, cuando fue
consumada la compra de la Cadena Capriles”.
El
comunicado fue el resultado de una reunión en la sede de redacción donde “La
mayoría de los periodistas de la Cadena Capriles rechazamos la portada de hoy
de @UNoticias”; según señalaron Lisset Boom, Daniela Nouges, Jessica Viloria,
Juan Carlos Figueroa, e Ileana García Mora, trabajadores de la Cadena Capriles.
Respecto
a la censura informativa el comunicado señala: “La televisión y la radio se han
convertido en simples repetidores de las palabras del Gobierno y la prensa
lleva el mismo camino. El 13 de febrero hubo un quiebre. Sacaron del aire al
canal colombiano NTN24, que era el único que informaba en tiempo real y no se
plegó a la censura impuesta por varias cadenas del Gobierno”.
Los
periodistas resaltaron que quieren “informar oportuna y verazmente” y sobre
todo el deseo de “que se respeten los principios éticos y morales de los
reporteros que hoy son cuestionados por la gente, que finalmente son los que le
dan sentido a nuestra labor”.
A
continuación el comunicado completo:
Periodistas
de la CADENA CAPRILES condenan línea editorial que invisibilizó a las víctimas
de los sucesos del 12 de febrero
QUEREMOS
SEGUIR SIENDO EL DIARIO DEL PUEBLO
El
cambio de la primera página del diario Últimas Noticias, el jueves 13 de
febrero de 2014, es apenas un ejemplo de lo que ha ocurrido en este periódico
en los últimos cuatro meses, cuando fue consumada la compra de la Cadena
Capriles.
En
su primera versión daba prioridad a la noticia: “Dos muertos tras protestas” y
en la nota de cierre, las palabras del presidente Nicolás Maduro: “Se hará
justicia, llamo a la paz”.
La
segunda versión, modificada después de las 11 de la noche, destacó la
declaración de Maduro: “Enfrentamos un golpe de Estado” y desestimó a los
muertos; invisibilizó a los detenidos y desaparecidos; subestimó el dolor de
los familiares de los asesinados; desconoció la protesta pacífica de los
estudiantes y destacó la participación de los seguidores del Gobierno: “Los
chamos chavistas peregrinaron sin rollo”.
Los
periodistas de la Cadena Capriles que aquí firmamos, queremos hacer pública
nuestra inconformidad por la línea editorial que ha sido impuesta por los
nuevos dueños de esta empresa, que ni siquiera han tenido la valentía de dar la
cara frente a sus trabajadores.
El
primer principio editorial y definición de la Cadena Capriles es la de un
conglomerado de medios “independientes, pluralistas, promotores de los valores
democráticos, contrarios a cualquier forma de discriminación, respetuosos del
Estado de Derecho y comprometidos en el esfuerzo de informar veraz y oportunamente
a nuestros lectores”.
Nuestro
norte es darle voz a la gente. A la mamá del detenido, al amigo del estudiante
muerto, al papá que recorre los centros policiales y la morgue buscando a su
hijo desaparecido. A ellos nos debemos y el miércoles fueron injustamente
silenciados en la portada. Como silenciado fueron los elementos recogidos por
los periodistas y que muy probablemente podrían contribuir a la atribución de
responsabilidades.
Guiados
por el mandato de la búsqueda de la verdad, los reporteros y trabajadores de
estos diarios, salimos todos los días a buscar las historias que hacen que el
oficio periodístico justifique su importancia dentro de la sociedad.
No
queremos renunciar a este privilegio. Por el contrario, lucharemos para
informar las diferentes versiones de los hechos y reportar lo que ocurre,
respondiendo al compromiso social que nos motiva y no a los intereses
económicos y políticos de grupos de poder.
Hay
un clima cada vez más asfixiante para la prensa venezolana. La televisión y la
radio se han convertido en simples repetidores de las palabras del Gobierno y
la prensa lleva el mismo camino. El 13 de febrero hubo un quiebre. Sacaron del
aire al canal colombiano NTN24, que era el único que informaba en tiempo real y
no se plegó a la censura impuesta por varias cadenas del Gobierno.
Tradicionalmente,
la Cadena Capriles ha sido reconocida por su equilibrio informativo. Sin
embargo, desde que cambió de dueño (y según nos informaron comprada por el
banquero, Víctor Vargas) esta cualidad se ha diluido. Antes éramos el diario
del pueblo, ahora nos quieren convertir en el diario del Gobierno.
Nosotros
queremos seguir dando la batalla. Queremos informar oportuna y verazmente,
queremos, a fuerza de trabajo, rescatar la credibilidad perdida y queremos, por
sobre todo, que se respeten los principios éticos y morales de los reporteros
que hoy son cuestionados por la gente, que finalmente son los que le dan
sentido a nuestra labor.