En el mundo, 75
por ciento de los arrecifes de coral están amenazados por la sobrepesca, la
destrucción del hábitat, la contaminación y la acidificación de los océanos a
causa del cambio climático.
Prensa. IPS.
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Granada,
un pequeño país insular del Caribe oriental, sigue el ejemplo de dos de sus
grandes vecinos, Belice y Jamaica, en la recuperación de sus arrecifes de
coral, que sirven de barrera contra las olas gigantes causadas por las fuertes
tormenta tropicales. Los arrecifes de coral, que han sufrido el impacto
negativo del aumento de la temperatura del mar y la contaminación, también
desempeñan un papel importante en la economía caribeña, que depende del
turismo, así como en la producción de alimentos y la seguridad alimentaria.
Una
evaluación de la vulnerabilidad de Granada, realizada entre septiembre y
octubre de 2014, identificó varias áreas particularmente delicadas y sobre las
cuales no se ha intervenido. Dos de ellas, Gran Anse, en la isla principal, y
la comunidad Windward, en la isla de Carriacou.
“Cosecharemos
corales vivos de algunas de las colonias sanas que rodean la isla.":
Kerricia Hobson. “Lo que haremos con este proyecto es crear criaderos de coral;
será la primera vez que se hace esto en uno de los miembros de la Organización
de Estados del Caribe Oriental (OECO)”, explicó Kerricia Hobson, gerente de la
división ambiente del Ministerio de Agricultura, Tierras, Silvicultura, Pesca y
Ambiente.
“Cosecharemos
corales vivos de algunas de las colonias sanas que rodean la isla. Los
propagaremos en el criadero y cuando estén lo suficientemente maduros, los
plantaremos en las estructuras de arrecifes existentes”, explicó en
conversación con IPS.
La
recuperación de los arrecifes se realiza junto con el gobierno de Granada y el
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en el marco del
proyecto Adaptación basada en ecosistemas costeros en los pequeños estados
insulares en desarrollo (Coastal EBA Project).
Hobson
dialogó con IPS después de un simposio de comunicación para desmitificar las
complejidades de informar sobre el cambio climático. El simposio, que tuvo
lugar el 18 y 19 de este mes, se realizó en el marco del proyecto de la OECO,
denominado Reunir a la Región para la Acción sobre el Cambio Climático (RRACC),
financiado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional
(Usaid).
Hobson
observó que Granada y sus vecinos obtienen grandes beneficios económicos de los
ecosistemas costeros, que también protegen toda la franja costera,
principalmente gracias a la pesca y el turismo. Numerosos factores
contribuyeron a la destrucción de los arrecifes de coral, puntualizó.
“Muchos
están relacionados con el clima, pero otros son resultado de actividades
humanas. En el Caribe, tenemos antecedentes de no reconocer la importancia de
algunas estructuras”, se lamentó. “Al igual que los manglares, la destrucción
de los arrecifes de coral obedece, de hecho, a la contaminación, derivada de la
escorrentía”, arguyó.
“Por
ejemplo, nuestro sector agrícola tiene la costumbre de cultivar cerca de las
fuentes de agua porque esta es más fácil de utilizar, pero también significa
que cuando llueve el exceso de fertilizantes y de heces de los animales
escurren al río, y como vivimos en una isla, cinco minutos después de la
lluvia, esos productos terminan en los arrecifes”, explicó.
“Terminas
teniendo arrecifes dominados por algas que los desbordan”, acotó Hobson. Las
conclusiones de un estudio que ocupó a 90 especialistas internacionales durante
tres años, y divulgadas en 2014, señalan que el restablecimiento de la
población de peces loro y la mejora de otras estrategias de gestión, como
evitar la sobrepesca y la excesiva contaminación costera, pueden ayudar a la
recuperación de los arrecifes de coral e, incluso, volverlos más resilientes al
cambio climático.
En
el vecino Belice, la cobertura de corales vivos en zonas de arrecifes de poca
profundidad disminuyó de 80 por ciento, en 1971, a 20 por ciento, en 1996, una
tendencia que siguió a la baja hasta 13 por ciento, registrado en 1999. En
1980, el huracán Allen, la peor tormenta que golpeó a Jamaica en 100 años,
destruyó los corales, diezmando el ecosistema.
En
el mundo, 75 por ciento de los arrecifes de coral están en peligro por la
sobrepesca, la destrucción del hábitat, la contaminación y la acidificación de
los océanos, otra consecuencia del cambio climático.
Cambio
climático crea efecto dominó de Guyana a todo el Caribe.
El
Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), señaló
en el quinto informe sobre adaptación, que la pérdida de arrecifes tenían
consecuencias sobre varios servicios clave. El ecosistema representa de 10 a 12
por ciento de la captura pesquera en los países tropicales, y entre 20 y 25 por
ciento de la pesca de las naciones en desarrollo.
El
informe también señala que su papel de proteger a la zona costera está en
riesgo por el aumento del nivel del mar, la disminución de los arrecifes, su
menor calcificación, así como la mayor disolución y bioerosión por el
recalentamiento y la acidificaicón de los océanos.
En
lo que respecta al turismo, el IPCC señaló que más de 100 países se benefician
del valor recreativo que proporcionan los corales. Con el cambio climático, los
países del Caribe ya saben que deben actuar ahora, pues su viabilidad futura
depende de la responsabilidad en el presente.
Dale
Rankine, investigador del Instituto de Meteorología e Hidrología del Caribe,
con sede en Barbados, dijo que hay ciertas cosas que los países deben hacer
ahora, si es que ya no empezaron. “Una es la mitigación, que es limitar
realmente la cantidad de gases invernadero. Tenemos que presionar a los grandes
emisores porque en conjunto los pequeños estados insulares emiten muy poco.
Debemos perseguir una economía verde”, detalló Rankine a IPS.
“La
adaptación también es un elemento importante. En este caso, debemos sopesar el
costo de la acción y de no hacer nada en los diferentes sectores”, puntualizó. “El
cambio climático no es un complemento. Algunas de las cosas que se proponen
para la adaptación al cambio climático son las mismas que queremos hacer para
un desarrollo sostenible”, explicó.
“No
es un agregado, es algo que realmente podemos implementar haciendo lo mismo,
pero de forma sostenible”, añadió. Rankine también propuso que los países
comiencen a incluir consideraciones relacionadas con el cambio climático en sus
planificaciones de desarrollo y piensen en diversificar la agricultura “porque
algunos cultivos simplemente no van a sobrevivir”.
Editado
por Kitty Stapp / Traducido por Verónica Firme