Columna. Dr.
Héctor Márquez. Psicólogo
Clínico y Teólogo
Valores para
Vivir
Idiosincrasia del sistema político impide lucha
efectiva contra la delincuencia.
La
incapacidad demostrada por este gobierno para brindar seguridad a las
comunidades de todos los estratos sociales se explica a través del enfoque
sociológico de la "victimología socialista". Esta teoría afirma que
quienes se convierten en delincuentes no son realmente victimarios sino
víctimas, y que esto es así por dos razones: 1) porque los delincuentes fueron
sujetos que no contaron (gracias a la políticos inhumanos y corruptos) con las
estructuras sociales que suplieran sus necesidades materiales, y 2) porque los
delincuentes fueron sujetos atropellados y violados en sus derechos humanos por
factores de la política derechista.
La
creencia arriba descrita es la razón por la que el difunto presidente Chávez se
refería a la pobreza como causal de la delincuencia, y bajo ese mismo estigma
justificó acciones ilícitas como las invasiones a espacios privados por parte
de los "desposeídos", práctica que incentivó la preeminencia a la
defensa del interés individual en menoscabo de la ley y la justicia.
El
plan social de la revolución incluía alfabetización, salud, becas, viviendas,
expropiaciones... pero no incluía con el mismo apremio ni ahínco el tema de la
seguridad ciudadana. Tan cierto es esto que abochornado por el ya incipiente
pero evidente fracaso en materia de seguridad pública, Luis Miquilena, siendo
Ministro de Relaciones Interiores y Justicia, afirmó el 4 de febrero del año
2001 que: "El país podría desembocar en una situación verdaderamente
crítica si no logramos abatir la insurgencia del mundo hamponil".
Lamentablemente Miquilena acertó y luego de 17 años de "socialismo bolivariano" la situación es más que crítica pues los
homicidios y delitos en Venezuela han aumentado en más de 250%, y hoy somos una
de las tres naciones más inseguras y violentas del mundo.
Entonces,
de acuerdo a la primera premisa victimológica socialista, se es antisocial
debido a la pobreza, a la falta de oportunidades, a la clase política corrupta y al
proletariado que acapara las riquezas y hacina en barrios marginales a sus
víctimas. Convencidos de ser ésta la razón por la cual existe la delincuencia,
el gobierno asume que para combatirla hay que apuntar al cambio de las
estructuras sociales y no al ser humano desde adentro. Por ello se
convencieron, entre otras cosas, de que planes como: llamar a los delincuentes a entregar sus
armas a cambio de beneficios socioeconómicos (dinero, computadoras, motos,
neveras), mejorar la calidad de vida de
los más pobres regalándoles casas y construir más canchas deportivas redundaría
en la disminución de la delincuencia. ¡Craso error!
En
cuanto a la segunda premisa victimológica socialista que ha privado en el
sistema político venezolano se encuentra el argumento de que los derechos
humanos del delincuente y del ciudadano común han sido históricamente
quebrantados por los organismos de seguridad del Estado y esto debía cambiar. Bajo
este paradigma surgió la conformación "mal direccionada", de la
Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES), encargada de captar,
seleccionar y formar en todos los niveles a todos los policías del país, y cuyo
enfoque formativo e informativo no ha sido el del entrenamiento operativo y
profesional del policía sino el respeto por los derechos humano, énfasis que ha
deprimido las cualidades de una efectiva acción policial contra la
delincuencia. Cabe mencionar que la ideóloga y primera rectora de la UNES fue
una profesora universitaria defensora de los derechos humanos sin ninguna
formación criminológica.
Así
pues, la obsesión de dar un trato político al tema de los derechos humanos ha
hecho que éste gobierno no logre conciliar medidas para la seguridad pública.
Una demostración de esto es lo ocurrido en 2007, cuando el otrora Ministro de
Interiores y Justicia Pedro Carreño, luego de recibido informe para la Reforma
Policial de manos del saliente Ministro, Jesse Chacón, desechó dicho informe refiriéndose
a éste como un "informe de derecha" y que se necesitaba una nueva
consulta para diseñar una policía con valores socialistas.
Razón
tiene Roberto Briceño, Director del Observatorio Venezolano de Violencia,
cuando dijo que el Gobierno está entrampado en una discusión ideológica, y
añadió: "Dicen que no van a hacer una política represiva como las de
derecha, pero no saben que todo programa de seguridad debe tener planes de
prevención que ataquen las desigualdades sociales y operativos de represión que,
por supuesto, respeten los derechos humanos".
En
conclusión, no será posible en Venezuela actuar efectivamente sobre el grave
problema de la delincuencia mientras el modelo político siga siendo el que hoy
es.
"Los
gobernantes no están para causar miedo a los que hacen lo bueno, sino a los que
hacen lo malo. ¿Quieres vivir sin miedo a la autoridad? Pues pórtate bien, y la
autoridad te aprobará, porque está al servicio de Dios para tu bien. Pero si te
portas mal, entonces sí debes tener miedo; porque no en vano la autoridad lleva
la espada, ya que está al servicio de Dios para dar su merecido al que hace lo
malo" (Rom. 13:3-4).
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