Desde
hace seis meses la farmacia Tánamo no recibe antihipertensivos ni antibióticos,
aunque son los más demandados por los pacientes en medio de una escasez que
afecta a ocho de cada diez medicamentos en Venezuela.
Prensa.
AFP.
En los anaqueles quedan dos de las seis
cajas de acetaminofén que llegaron hace cuatro días. Para compensar la caída en
la oferta de medicinas, los propietarios de esta farmacia minorista ubicada en
Chacao, en el este de Caracas, llenan los estantes con vitaminas, tintes para
el cabello, galletas y gaseosas.
“Solo recibo 20% de los productos que
pido. Le decimos a la gente que tenga fe en que podrán encontrar el medicamento
en otra farmacia”, cuenta a la AFP Sandra Chiamenti, encargada del
establecimiento.
La Federación Farmacéutica de Venezuela
calcula en 85% la carestía de medicinas, pese a que el gobierno ha anunciado en
los últimos dos meses asignaciones millonarias de divisas para importar
toneladas de medicamentos e insumos hospitalarios desde Cuba, India, Irán y
China.
Aunque Chiamenti lidia directamente con
las droguerías para abastecerse, la semana pasada tuvo que recorrer cuatro
grandes farmacias para encontrar un medicamento contra el colesterol.
Fundada en 1950 por la familia Mathison
en La Florida, en el norte de Caracas, la farmacia San Bosco cerró hace un mes
por falta de productos, y para reponer el inventario.
“Tuvimos que despedir a empleados que
llevaban 30 años con nosotros”, dijo a la AFP Luis Mathison, administrador del
local.
La ministra de Salud, Luisana Melo,
atribuye al exceso de consumo el desabastecimiento. El ministro de Industria y
Comercio, Miguel Pérez Abad, afirmó a la AFP que el sector farmacéutico
requiere 1.200 millones de dólares para operar en vez de los 3.600 millones que
recibía.
Dependiente de las importaciones, el
país petrolero afronta un severo desabastecimiento de alimentos y medicinas en
medio de una enorme crisis económica agravada por la caída de los precios del
crudo, que aporta 96% de sus divisas.
– Pacientes desolados –
Al otro lado del mostrador, los
compradores se muestran desolados cuando el dependiente confirma que no hay del
medicamento buscado.
María, quien pide reservar su identidad,
lleva dos semanas tras la pista de un analgésico para aliviar la fiebre y los
dolores musculares que aquejan a su hija, diagnosticada con el virus del zika a
los dos meses de nacida.
“Lo único que he podido darle a mi niña
es suero fisiológico porque no consigo nada”, comenta a la AFP después de
recibir la tercera negativa del día.
Otro de sus hijos, un adolescente de 15
años, se contagió de sarna. En vista de que no encontraba la loción prescrita
por el médico, recurrió a un amigo farmacéutico que le preparó una mezcla con
azufre y se curó en tres días.
Agobiada también por la escasez de
alimentos -calculada en 80% por la firma Datanálisis-, María teme que sus hijos
enfermen por malnutrición dado que solo comen un plato de frijoles con papa al
día.
“No hay cuerpo que aguante el hambre que
estamos pasando”, lamentó esta vendedora de 40 años que vive en Pinto Salinas,
una barriada popular del norte de Caracas.
En contraste, Rosario González, una
jubilada de 67 años, se apertrechó de medicamentos en abril en Panamá: “Gasté
mis ahorros en dólares pero al menos me traje las medicinas de la tensión”,
contó a la AFP.
Los pacientes que requieren medicinas de
alto costo, subsidiadas por el Estado, hacen filas durante horas en Caracas
para retirarlas en el seguro social. En otros estados casi “no están recibiendo
los tratamientos”, denunció en una televisora local Francisco Valencia,
presidente de la no gubernamental Codevida.
Con la etiqueta #AceptenLaAyuda,
Codevida lanzó una campaña por redes sociales para exigir al gobierno que
permita el ingreso al país de medicamentos enviados desde el exterior.
El gobierno niega que haya una crisis
humanitaria, en pugna con la mayoría opositora en el Parlamento, que discute
una ley para declarar la emergencia y pidió a la Organización Mundial de la
Salud (OMS) que envíe suministros al país.
El pasado 22 de mayo, un grupo de
exministros venezolanos de Salud envió una carta a Margaret Chan, directora de
la OMS, en la que le exigen “alertar sobre la falla crítica para proporcionar
medicamentos esenciales y suministros básicos a la población” venezolana.
Vestidos con batas blancas, médicos del
estado Táchira (oeste), fronterizo con Colombia, protestaron el lunes en las
calles con una consigna: “Sin insumos no podemos trabajar”.