El
levantamiento militar iniciado el viernes por un grupo de militares turcos ha
quedado neutralizado, según ha afirmado el Gobierno, que pidió a la población
que se echara a la calle para detener a los golpistas cuando aún era incierto
si la asonada tendría éxito.
Prensa.
Ilya U. Topper y Dogan Tilic/EFE
El levantamiento ha causado sesenta
muertos en todo el país, entre los que hay civiles, según la Fiscalía. “Esto es
traición. Pagarán un precio muy alto”, amenazó Recep Tayyip Erdogan, jefe del
Estado y hombre fuerte del país, poco después de aterrizar en el aeropuerto
Atatürk de Estambul, que en las primeras horas del golpe fue ocupado por los
militares pero en el que la Policía, leal al Gobierno, tomó luego el control.
Tanto Erdogan como el Ejecutivo han insistido
en que el intento de golpe ha fracasado y que en él sólo ha participado un
grupo reducido de uniformados. El primer
ministro, Binali Yildirim, afirmó que los cabecillas son unos 40 altos mandos,
principalmente coroneles pero también un general, que habría muerto durante el
golpe.
Además, informó de que unos 130
militares han sido detenidos por su participación en el intento de derrocar al
Gobierno democráticamente elegido. El propio Erdogan anunció una operación de
detenciones de militares golpistas e incluso encontró una parte positiva a la
asonada.
“Este levantamiento, este movimiento es
un gran regalo de Dios para nosotros. Porque el Ejército será limpiado”,
afirmó. La cúpula del poder ha insistido en que tras la asonada está Fetullah
Gülen, un predicador islamista exiliado desde años en Estados Unidos, y que
cuenta con muchos seguidores en la policía y la judicatura turca.
En su día aliado de Erdogan y de su
partido, el islamista AKP, desde hace varios años es uno de los mayores
enemigos del Gobierno, que lo acusa de terrorismo y de querer desestabilizar al
país. El intento del golpe fue especialmente duro en Ankara y en Estambul.
En la capital, donde helicóptero
militares atacaron la sede de la Dirección de Seguridad, al menos 42 personas
murieron en los enfrentamientos. Al parecer, el número de fallecidos en todo el
país asciende a sesenta personas, según la Fiscalía.
Explosiones, tiroteos y el vuelo rasante
de aviones de combate han sido una constante en la capital del país y en
Estambul. El propio Parlamento, en Ankara, fue objetivo de un bombardeo aéreo,
que dejó unos cuarenta heridos, entre ellos dos de gravedad.
En Estambul se han contabilizado al
menos seis civiles muertos y unos cien heridos. En la ciudad eurasiática, los
militares abrieron fuego contra grupos de personas que salieron a manifestarse
contra los golpistas. Desde el primer momento, el Gobierno pidió a la población
que se echara a la calle contra los militares rebeldes. El ministro de
Justicia, Bekir Bozdag, llegó a pedir a los turcos que “saltaran sobre los
tanques”.
Poco después de confirmarse el
levantamiento, los militares hicieron leer un comunicado en la emisora pública
TRT en que acusaron a Erdogan de “traidor” y de haber establecido un “régimen
autoritario del miedo”.
La toma, o su intento, de emisoras ha
sido una constante desde los primeros momentos del golpe. En el caso del canal
privado CNNTürk, los militares que asaltaron la sede en Estambul fueron luego
neutralizados por los cuerpos especiales de Policía. El Ejecutivo insiste en
que la intentona ha fallado y que se está retomando el control de la cadena de
mando.
Así, se informó de la liberación de
Hulusi Akar, el jefe del Estado Mayor que había sido capturado por los
rebeldes. Con todo, las autoridades han
reconocido que sigue habiendo bolsas de resistencia, aunque las emisoras de
televisión muestran imágenes de soldados y tanques rebeldes rindiéndose a la
policía en un puente de Estambul.
Además, sobre las 03.25 GMT, un avión
supuestamente en manos de los golpistas lanzó dos bombas cerca del palacio
presidencial en Ankara, causando varios heridos y una columna de humo visible
desde lejos, aunque el presidente no está en Ankara sino en estambul.
Yildirim explicó que tanto en Ankara
como en la base aérea de Balikesir hay fuerzas rebeldes y que ha ordenado a los
aviones estacionados en otros emplazamientos que los ataquen. Los medios turcos informan de que al menos
uno de los helicópteros usados por los rebeldes fue abatido por cazas de la
Fuerza Aérea.