Luego que fuera
reabierta el sábado la frontera colombo-venezolana de manera parcial y más de
90.000 nacionales cruzaran la línea limítrofe en Táchira, el domingo lució
tranquilo pero con igual flujo de visitantes hacia el lado colombiano. Las
autoridades permitieron un “paso de gracia” de productos e insumos a suelo
venezolano
Prensa.
Estimulo.com
Aunque
las largas colas para llegar desde la avenida Venezuela de San Antonio hasta el
puente internacional Simón Bolívar se redujeron considerablemente, el flujo de
transeúntes y visitantes a Cúcuta, permaneció abundante.
Alimentos,
papel tualé, toallas sanitarias, cauchos, baterías, materiales de construcción
y colchones buscaron los miles de venezolanos que cruzaron la frontera, a pesar
del control de la venta de productos anunciado por funcionarios de ambos
países. En especial, del general Gustavo Moreno, Director de la Policía Fiscal
Aduanera de Colombia (POLFA).
La
dinámica migratoria continuó el domingo: la entrega y el llenado de un
formulario fronterizo que migración Colombia impuso para el ingreso al
territorio de visitantes venezolanos, hizo que ellos se amontonaran en la mitad
del puente, justo en la línea limítrofe.
Del
lado venezolano se vio a una agente de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB)
menos tensa y más relajada que el sábado. Este domingo, los uniformados no
apoyaron en la entrega de la planilla
migratoria. A pesar del intenso sol y de la temperatura que ronda los 30º C, el
ambiente al cruzar a Colombia fue de alegría y entusiasmo.
“Estoy
feliz, anoche no pegue un ojo, vengo en carretera desde Barquisimeto y esperaba
ansiosa el momento de llegar aquí. No pensé que pasaríamos tan fácil. Espero
que el regreso sea igual porque venimos a hacer compras de lo que no
conseguimos allá. La plata de las vacaciones vamos a invertirlas en Cúcuta,
comprando alimentos y otras cosas que no se ven en Venezuela”, dijo Reina
Ayala, acompañada de su esposo y dos hijos.
Más
de 90.000 personas se movilizaron el sábado en la primera jornada de apertura
parcial de la frontera entre Colombia y Venezuela. Según cifras de Migración
Colombia, por los diferentes pasos habilitados en Norte de Santander se
movieron 84.000 personas.En Puerto Carreño, en el departamento colombiano del
Vichada y Puerto Páez, cruzaron 417 personas.Mientras tanto por el Puente José
Antonio Páez, entre el departamento de Arauca y el estado de Apure, pasaron
5.000 habitantes de esa parte de la frontera Por Paraguachón, que comunica a La
Guajira con Zulia, se movilizaron 1.400 personas.
Colas
para tomar transporte
Una
vez se llegaba a territorio colombiano, y cumplidos los trámites migratorios,
se divisaban a menos de 300 metros de la oficina de la Dirección de Aduanas
Colombianas (DIAN) enormes filas de personas que aguardaban de manera
organizada para poder tomar una camioneta de servicio público. Por 1.600 pesos
(650 bolívares) los llevaban al centro
de Cúcuta.
Las
colas permanecieron custodiadas por funcionarios de la Policía Nacional de
Colombia. Comerciantes y transportistas colombianos hicieron su agosto
-literalmente- con la llegada de venezolanos que buscaban comida, repuestos y
productos de aseo personal. “Vamos a Cúcuta a traer azúcar, aceite, papel
higiénico, toallas sanitarias y lo que podamos comprar con 100.000 bolívares
que cambiamos. Allá en el centro se
consiguen mejores precios porque en La Parada y El Rosario (en Colombia), están
pasados de careros”, dijo Jairo Navarro quien viajó desde San Cristóbal a
abastecerse de productos de la cesta básica.
A
los venezolanos les sirvieron las anteriores experiencias de apertura
fronteriza para saber dónde se compra a mejor precio. Aseguraron que las
primeras veces los pocos conocedores llegaron a comprar desesperados en el
corregimiento colombiano de La Parada,
productos a precios más elevados de lo que se expenden en los comercios
de San José de Cúcuta.
Los
buses de transporte no demoran más de 10 minutos en cargas pasajeros y retomar
la autopista que en 20 minutos pone a los venezolanos en la capital del Norte
de Santander.Muchos compradores recomendaban ir a “Al Máximo”, un hipermercado
que, según el colector, del transporte público ofrece combos de productos
básicos a buen precio.
Y
mientras se debatían si se quedan en la redoma de San Mateo (entrada a Cúcuta)
para ir a las cadenas de tiendas “Éxito” o al “Makro”, o avanzar un poco más y
adentrarse al “mercado de la 6ta” o al centro de abastecimiento “Cenabasto” el
tiempo se hizo corto. Los venezolanos tomaron rumbos distintos.
Dos
días de gracia
El
Estímulo abordó al Secretario de Hacienda del Norte de Santander, Martín
Martínez sobre las restricciones que habría para el paso de mercancías desde
Colombia a Venezuela.
“Nuestra
lucha es en contra del contrabando, lo tienen claro ambos países porque a
nosotros nos perjudica en pérdidas que se han registrado en 23 mil millones
anuales y le quitamos a Venezuela productos que sus ciudadanos necesitan”.
Precisó
que estos dos días no se vetara ningún producto. Todos estarán a la disposición
de los venezolanos, en especial, a lo concerniente a alimentos, medicinas y
repuestos para vehículos.
“No
va a haber de nuestra parte ningún problema, somos conscientes de las
necesidades que tienen los venezolanos. Más adelante se fijaran las normas o
requerimientos aduaneros para ese tipo de compra pero por ahora tenemos un paso
con la normal revisión pero si se pueden llevar los venezolanos los productos
que requieran para tener un nivel de vida aceptable y estamos dispuestos a
prestarles todos los servicios”, explicó el funcionario.
De
parte de la GNB, tampoco se han presentado problemas con el ingreso de
mercancías. “Estamos dando un tiempo de gracia. Ya el lunes los controles se
empezaran a ejercer tanto del lado colombiano como aquí en la aduana”, dijo un
funcionario que no quiso ser identificado.
El
cruce de los venezolanos al lado venezolano fue rápido con la expectativa de
rendir los recursos para solventar sus necesidades. También los colombianos pasaron a suelo
tachirense, pero a diferencia de los nacionales, ellos vienen en menor cantidad
y solo a reencontrarse con familiares y amigos que desde el cierre fronterizo
del 19 agosto de 2015, no veían.
“Aquí
no hay nada por el momento que podamos comprar. Posiblemente más adelante que
la economía mejore y se abastezca será
tentativo volver a comprar”, dijo David Blanco, ciudadano colombiano en Ureña. Colombianos
consultados por El Estímulo, en Cúcuta, dijeron que esperaran un tiempo para
retomar sus visitas a las poblaciones fronterizas. Dijeron que existe temor y
dudas sobre los procesos migratorios que cumplirá Venezuela.