Sin comenzar aún una negociación formal,
esta guerrilla desafía con ataques a la población civil.
Prensa.
El Tiempo.com. Colombia.
La obstinación del Eln en mantener
secuestrados en el preámbulo de un proceso de paz con el Gobierno solo ratifica
lo que está claro desde los primeros acercamientos con esta guerrilla: que la
negociación futura, si logra comenzar y mantenerse, será muy difícil.
La posición del grupo armado confirma,
de hecho, que más de tres años después de los contactos iniciales con delegados
del presidente Juan Manuel Santos, no se ha movido de su pretensión de comenzar
a negociar “sin exigencias previas”.
Eso fue lo que le dijo a EL TIEMPO en
octubre del 2013 ‘Antonio García’ al responder qué significaba para esa
guerrilla negociar sin condiciones. “Las exigencias son para cuando hay un
vencedor. Lo único que se puede exigir al contrario es que cumpla con lo que se
acuerde”, precisó el jefe guerrillero que encabezó la etapa en la que se
construyó la agenda de negociación.
Y es, en otras palabras, lo que responde
tres años después ‘Pablo Beltrán’ cuando le preguntan por qué el Eln no liberó
al excongresista chocoano Odín Sánchez si era condición del Gobierno para darle
paso al lanzamiento del proceso de paz en Ecuador, el jueves pasado.
“Durante el transcurso de la primera
ronda en Quito se hará la liberación de este señor, ese es el compromiso”, le
dijo a ‘Blu Radio’. Es decir, no antes de comenzar a negociar.
En el periódico vasco ‘Gara’ sostuvo
además que el Eln debatirá el fin del secuestro “en la mesa de conversaciones”,
pero se refirió a esa práctica como “un tema complejo” porque es parte de la
financiación del grupo armado. Este ha sido uno de los puntos difíciles con
esta guerrilla en todos los intentos de paz.
Por el mismo tema, la negativa del grupo
armado a hablar del fin del secuestro antes de estar en un proceso de paz
formal, pasaron casi siete meses entre el momento en que se informó al país que
la agenda para negociar estaba lista –el 30 de marzo pasado– y el día en que se
anunció como fecha: el 27 de octubre –ya frustrada–, para lanzar el proceso de
paz en Quito.
Las Farc, en cambio, anunciaron el fin
del secuestro extorsivo antes de comenzar a hablar de la agenda que se iba a
negociar. El secuestro es, a fin de cuentas, un crimen de lesa humanidad y una
práctica repudiada, incluso, por líderes de la izquierda latinoamericana, como
Fidel Castro, que inspiraron al Eln.
Lo que queda del Eln
El asesinato de dos conductores que
viajaban por Arauca en la tarde del jueves es otra cosa. El Eln, como lo
hicieron las Farc desde el comienzo, intentan quitarse la presión militar
durante la negociación y atacan para llevar al Gobierno a un cese bilateral del
fuego. Y lo peor es que lo hace desconociendo, sin recato alguno, el Derecho
Internacional Humanitario. Por lo menos, según la información del Ejército, los
dos conductores civiles murieron asesinados y con tiros de gracia, y no como
resultado colateral de una acción militar.
Si bien el cese bilateral del fuego con
las Farc impondría una situación similar muy pronto con el Eln para contribuir
con la protección de los acuerdos de La Habana, no parece por ahora lo más
conveniente.
Sobre todo porque ‘Pablo Beltrán’
también dejó ver, en varias entrevistas que dio el viernes, que el Eln aspira a
comenzar un proceso de paz con Santos, pero no a concluirlo con este gobierno.
Esto, a pesar de que al menos dos puntos
de la agenda de negociaciones, víctimas y fin del conflicto, que son los más
complejos, ya fueron desarrollados con las Farc.
Santos dijo desde un comienzo que no
puede haber dos jurisdicciones para la paz, y el cese del fuego y la dejación
de las armas no tienen por qué ser muy distintos a lo pactado con la guerrilla
de ‘Timochenko’.
Pero para comenzar la discusión de esos
puntos todavía falta un largo camino, que, a juzgar por el prólogo tan
accidentado para llegar a Quito, estará lleno de sobresaltos.
No será de otra manera si el Eln no
cambia su estilo. Hasta ahora se ha dejado ver como una guerrilla dogmática que
ni siquiera ha caído en la cuenta de que el secuestro y el ataque a los civiles
la apartan de la sociedad. Precisamente de la ciudadanía cuya participación
pretende reivindicar en un eventual proceso de paz.
Secuestros admitidos
Además de tener al excongresista Odín
Sánchez, cuya liberación estaría en camino, es ya un hecho que el Eln tiene en
su poder al comerciante Octavio Figueroa. Su secuestro por esta guerrilla
estaba en duda hasta el viernes, cuando fue reconocido por ‘Pablo Beltrán’ en
la entrevista con Blu Radio. El comerciante, de 66 años, está en cautiverio desde
el 16 de marzo pasado, y la familia afirma que un emisario del Eln le exige por
su liberación 500 millones de pesos. Inicialmente, el Eln había exigido 5
millones de dólares.
MARISOL GÓMEZ GIRALDO
Editora de EL TIEMPO
En Twitter: MarisolGmezG