La nutricionista
Ariana Araujo afirmó que el consumo de alimentos se ha convertido en una vía de
escape para muchas personas, ante la difícil situación del país
Prensa. Comstatrowland.
La
crisis que vive el país ha llevado a muchos venezolanos a tener una relación
emocional con la comida, es decir, a usar el consumo de alimentos como una vía
de escape ante las situaciones difíciles o estresantes, afirmó la nutricionista
Ariana Araujo.
Explicó
que existe la ansiedad o “hambre emocional”, que no es hambre real, pero que
lleva a las personas a ingerir sobre todo mucha azúcar y grasas. “El comer
dulces y otros alimentos no saludables dispara neurotransmisores, como la
dopamina, que activan el centro de recompensa a nivel cerebral”, indicó.
La
también especialista en Psicología de la salud y creadora del Método Coma
(Cambio Organizado la Manera de Alimentarnos), manifestó que al consumir
alimentos por esa causa, “el individuo
se siente bien durante 30 o 45 minutos, como si estuviera bajo el influjo de
alguna droga, por lo que este comportamiento puede generar adicción”.
Advirtió
que “hay muchas situaciones difíciles en el país que generan emociones fuertes en las personas, y hacen que no coman por apetito sino por ansiedad. “Si
no buscan o reciben ayuda pueden presentar problemas psicológicos como la
depresión”.
Araujo
también indicó que los trastornos alimenticios asociados a la comida (obesidad,
comedores compulsivos y nocturnos, etc.) son peligrosos, “porque no hay límite
de saciedad ni están vinculados a buenos hábitos de alimentación. La comida se
convierte en una vía de escape frente a la realidad”. El hambre emocional
también puede generar enfermedades crónicas no transmisibles del adulto, como
la diabetes tipo 2, hipertensión y afecciones cardiovasculares como el infarto.
Medidas
preventivas
Para
evitar ser atacados por la ansiedad, es necesario identificar si el hambre que
se siente es real o emocional. “Cuando es hambre real el cuerpo pide comida y
puede estar acompañada de crujidos en el estómago, mareo, dolor de cabeza y
visión borrosa. En el hambre emocional se nota la preferencia por ciertos
alimentos”, señaló la nutricionista.
Ariana
Araujo señaló que es necesario alimentarse equilibradamente. “Es conveniente
planificar 3 comidas principales (desayuno, almuerzo y cena) y algunas
meriendas de ser necesario, hay que individualizar cada caso, su cifra variará
de un individuo a otro. Cuando cuentas con todos los nutrientes que necesitamos,
el cuerpo no busca más”. La dieta diaria debe contener todos los grupos básicos
de alimentos: lácteos y derivados, frutas y vegetales, panes, cereales y
farináceos y carnes.
“También
es muy importante el consumo de líquido. Hay personas que sienten hambre cuando
en realidad tienen sed. Lo ideal es estar bien hidratado con agua, y no con
jugos ni refrescos, porque estos aumentan el nivel de glicemia en la sangre y
no crean saciedad”, acotó la nutricionista.
De
igual forma, recomendó a las personas que sienten que no pueden controlar bien
sus emociones, que busquen ayuda psicológica o apoyo para manejar la situación. “Es necesario
vivir un día a la vez y, sobre todo, no perder la paz para evitar problemas mayores”,
indicó.
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