Prensa. Vente Venezuela Carabobo.
María
Teresa Morín, coordinadora de Vente Venezuela en Valencia, pidió que se
ofrezcan soluciones en torno a la medida de implementación de las nuevas
máquinas fiscales ordenada por el Seniat, decisión que actualmente se encuentra
en revisión por instancias superiores, sin que hasta ahora se haya brindado una
respuesta definitiva.
Morín
pidió que lejos de promover el cierre de una mayor cantidad de comercios que no
pueden cubrir el costo de las máquinas –cuyo precio oscila entre 800 y 1200
dólares-, sería importante que desde el Servicio Nacional Integrado de
Administración Aduanera y Tributaria (Seniat) se promueva o incentive que más
comercios puedan mantenerse en pie, generando empleos directos e indirectos, e
impulsando la economía en la región.
“Desde
Vente Venezuela en Valencia no solidarizamos ante esta nueva amenaza que se
cierne sobre los comerciantes que no están en capacidad de cubrir el costo de
estas máquinas fiscales que, además, son totalmente extemporáneas debido a
todos los problemas de conectividad que existen en el país, que impedirían que
cumplan su verdadera función”, dijo.
Morín
recordó que, si bien los comerciantes quieren seguir pagando sus impuestos de
forma transparente y eficaz, “no hay capacidad actualmente de desembolsar tanto
dinero, lo que, en lugar de promover una economía de libre mercado, lo que hace
es cerrar las oportunidades para nuevos emprendedores y empresarios en el
país”.
Planteó
que otra alternativa al desembolso inmediato para las máquinas fiscales, es que
el propio Seniat, que ha recaudado tantos impuestos durante los últimos años,
pueda financiar estos dispositivos bien sea de forma directa o a través de la
banca pública que no está tan afectada como la privada por el encaje marginal
del 100%, que ha mermado los préstamos en el sector.
Sostuvo
que si bien hay una promesa de no fiscalizar mientras se revisa la solicitud de
derogación de la denominada providencia 0141, desde Vente Venezuela en Valencia
continuarán en alerta ante un posible revés en la esperanza que se les ha
ofrecido a los comerciantes “que entendemos que siempre han estado dispuestos a
mantenerse al día con sus impuestos pero que no pueden costear estas costosas
máquinas”.