Prensa. El Espectador.
"La
falta de sueño saludable es una preocupación de salud pública, ya que la mala
calidad del descanso se relaciona con múltiples problemas de salud, entre ellos
mayores riesgos de obesidad, hipertensión y mortalidad por todas las
causas", explica la líder de esta investigación, Rosalba Hernández.
Las
personas que son más optimistas tienden a dormir mejor y durante más tiempo,
según un estudio realizado en 3.500 adultos jóvenes y de mediana edad (32 a 51 años)
por la Universidad de Illinois (Estados Unidos), y que se ha publicado en la
revista 'Behavioral Medicine'.
Los
niveles de optimismo de los participantes se midieron mediante una encuesta de
diez apartados, en la que se les pidió que calificaran en una escala de cinco
puntos cuánto estaban de acuerdo con afirmaciones positivas como 'Siempre soy
optimista sobre mi futuro' y con frases redactadas de forma negativa como 'Apenas
espero que las cosas salgan como yo quiero'. Los resultados oscilaron entre
seis (menos optimista) y 30 (más optimista).
Los
participantes registraron información sobre su sueño dos veces, con cinco años
de diferencia, calificando su calidad y duración general del sueño durante el
mes anterior. La encuesta también evaluó sus síntomas de insomnio, la
dificultad para conciliar el sueño y el número de horas de sueño real que
obtenían cada noche.
Un
subconjunto de los participantes fue parte de un estudio auxiliar y usó
monitores de actividad durante tres días consecutivos, incluyendo dos noches de
semana y una noche de fin de semana. Los participantes llevaban los monitores
en dos ocasiones cada año. Estos dispositivos recolectaron datos sobre la
duración de su sueño, el porcentaje de tiempo que durmieron y la inquietud
mientras dormían.
Según
sus hallazgos, con cada aumento en la desviación estándar (la distancia típica
entre los puntos de datos) en la puntuación de optimismo de los participantes,
tenían un 78 por ciento más probabilidades de tener una muy buena calidad de
sueño. De la misma manera, las personas con mayores niveles de optimismo eran
más propensos a descansar adecuadamente, durmiendo de seis a nueve horas por la
noche. Y, además, fueron un 74 por ciento más propensos a no tener síntomas de
insomnio, junto con menor somnolencia diurna.
"La
falta de sueño saludable es una preocupación de salud pública, ya que la mala
calidad del descanso se relaciona con múltiples problemas de salud, entre ellos
mayores riesgos de obesidad, hipertensión y mortalidad por todas las causas",
explica la líder de esta investigación, Rosalba Hernández.
Aunque
se encontró una asociación significativa y positiva entre el optimismo y un
sueño de mejor calidad, la investigadora puntualiza que los hallazgos deben
interpretarse "con cautela". Aunque los científicos no están seguros
del mecanismo exacto a través del cual el optimismo influye en los patrones de
sueño, plantean la hipótesis de que la positividad puede amortiguar los efectos
del estrés al promover el afrontamiento adaptativo, que permite a los
optimistas 'descansar en paz'.
"Los
optimistas son más propensos a participar en el afrontamiento activo centrado
en el problema y a interpretar los eventos estresantes de manera más positiva,
lo que reduce la preocupación y los pensamientos rumiantes cuando se duermen y
a lo largo de todo su ciclo de sueño", apunta Hernández. Estos hallazgos
refuerzan los de un estudio anterior, en el que Hernández y sus coautores
encontraron que los optimistas de 45 a 84 años tenían el doble de probabilidades
de tener una salud cardiaca óptima.
Fuente:
Agencia Europa Press