Prensa.
Voanoticias.
Los
gobiernos de muchos países están animando a las compañías a que permitan mayor
flexibilidad a sus empleados a raíz del brote del coronavirus, que ya registra
miles de infectados en todo el mundo. Esta crisis de salud ha obligado a que
muchas empresas vean la opción del teletrabajo como la solución mientras se
supera la cuarentena y se controla la propagación de este nuevo virus.
“Ahora
se implantan estas modalidades como una aspirina porque las compañías no tienen
una alternativa, porque tienen que tratar de garantizar o buscar alternativas
para garantizar la continuidad del negocio”, explicaba Silvina Moschini,
experta en tecnología y fundadora de Transparent Business, una plataforma en
línea que permite controlar a los empleados que trabajan remotamente.
Pero,
la gran pregunta para muchas de esas empresas, que siempre han visto con recelo
la opción de permitir que un empleado o empleada haga el trabajo desde casa y
permitir la conciliación laboral y familiar, si están preparadas para implantar
programas de trabajo remoto.
Una
opción poco factible para algunos
Vanessa,
una venezolana que vive y trabaja en Miami para una empresa de mercadotecnia
reconocía que, aunque en su compañía sí se permite el teletrabajo, todo queda a
discreción del supervisor. En su caso, a su jefe de departamento no le atrae la
idea de permitir que los empleados trabajen remotamente porque, dice, “no los
puede controlar”.
“Cuando
entré a trabajar aquí, me dijeron que tendría la opción de trabajar remotamente
uno o dos días por semana, pero lo cierto es que eso solo quedó en un
planteamiento porque a la hora de la verdad, el jefe nunca ve con buenos ojos
que lo hagamos”, explicaba la joven de 32 años que prefiere preservar su
anonimato.
La
experta en tecnología consultada por la Voz de América asegura que hay una
“transición” y que las industrias están cambiando, a pesar de que “un punto
importante es el tema de la confianza, que se puede resolver por la
verificación que hoy permite la tecnología”.
La
falta de confianza, un factor clave
Por
eso Moschini, que también dirige SheWorks, una compañía dirigida al trabajo
remoto de las mujeres, está convencida que la tecnología de hoy en día sí
permite un mayor control de los empleados que trabajan remotamente, por lo que
esta opción sí que puede ser algo factible.
“Lo
importante es asegurarte que se pueden resolver los tres problemas principales
del trabajo remoto: la falta de confianza, la colaboración eficiente con otros
miembros del equipo y la rendición de cuentas, para que las personas tengan la
capacidad de ser evaluadas y ser responsables por sus entregables”, indicó. En
su opinión, esta última parte -la de rendición de cuentas- es la más atractiva
para las compañías y los empleados.
Mayor
ahorro, mayor efectividad
La
mujer cita a investigaciones que revelan que las compañías se pueden llegar a
ahorrar entre 10,000 y 20,000 dólares por persona si está teletrabajando y que,
además, la productividad aumenta entre un 20 y un 30 por ciento porque “la
gente puede trabajar sin cansarse, sin manejar en tráfico, porque es tiempo que
recupera para su vida, menor contaminación ambiental y conciliación”.
Muchas
empresas del sur de la Florida han avisado a sus empleados que, a partir de la
próxima semana, podrán trabajar desde casa. Una opción que, en el mejor de los
casos, se podía hacer una o dos veces por semana. Pero no como algo habitual.
"Los
millennials ya no van a querer trabajar en empresas que no ofrezcan
flexibilidad". Muchos
creen que, ante este escenario, va a haber un antes y un después en la forma de
desempeñar las funciones en una empresa y que el teletrabajo va a acabar
implantándose como algo efectivo y no a marchas forzadas, como ahora.
“Esto
va a cambiar drásticamente la forma en que las empresas ven el trabajo y
también va a cambiar la forma en que los trabajadores aprecian las empresas que
brindan este tipo de flexibilidad”, comentaba la emprendedora mientras
recordaba que “los millennials no van a querer trabajar para compañías que no
les den instancias de trabajo flexibles”.
Sin
embargo, otros no lo ven de la misma manera. Un empresario que tampoco quiere
ser identificado, asegura que esto “va a ser una moda pasajera” y que después,
todo va a “volver a la normalidad”.
“Entiendo
que hay tecnologías que ahora permiten esas cosas, pero yo sigo prefiriendo que
un empleado esté aquí, a mi lado, porque si le tengo que preguntar alguna cosa,
lo tengo cerca. Si está trabajando en su casa o en otro país, hace que todo sea
más lento”, defiende.