Muchos nos preguntamos por qué Dios está permitiendo
todo esto, si él es tan bueno, por qué permite tanta mortandad con esta
pandemia.
Prensa. Senderos de
Apure.net.
Mi estimado lector, gracias por seguir mis notas, en
esta oportunidad, quiero invitarles a leer esta excelente reflexión, escrita
por la Doctora Rita Hevia, profesora de la cátedra de Ingles e investigadora
científica, de la Universidad Nacional Ezequiel Zamora UNELLEZ Guasdualito, en
su entrevista realizada vía WhatsApp, nos hace una meditación acerca de los
tiempos actuales que estamos viviendo.
Hevia hace esta pregunta, ¿Sabes
por qué está sucediendo esto? “Porque estábamos muy equivocados.
Pensábamos que nosotros podíamos hacer y
crear todo lo que queríamos, porque se nos olvidó que Dios sin nosotros sigue siendo Dios, pero
nosotros sin Dios no somos nada. La buena noticia es que Dios siempre ha estado
con nosotros y en nosotros, pero nosotros nos alejamos de él, lo olvidamos”.
En la entrevista Hevia
hace referencia, “Lo que está sucediendo es porque hemos jugado a ser dioses,
creando y manipulando. Decodificamos el
genoma humano y ya creemos que sabemos
todo sobre el hombre, inventamos cosas para mantener ocupada a la gente y creemos que somos muy
inteligentes, inventamos máquinas para viajes intergalácticos para explorar
otros mundos y creemos que ya conquistamos el universo y sobre todo, somos tan
atrevidos y osados que hablamos del origen de la creación, y que por el “Big
Bang”. ¡Guao!, ¡Que prepotencia! ¡Qué soberbia! Y todavía nos preguntamos ¿por
qué la pandemia?”
Hevia, aborda este tema
con mucha tristeza, manifestando “Que atrevida y osada es la ignorancia del
hombre, ¡imagínense!, tratando de igualarse a Dios. El hombre en su soberbia y envanecimiento se
alejó totalmente de Dios para adorarse a sí mismo y a otros dioses. Y todavía nos preguntamos ¿por qué la
pandemia?”
Continua con desconsuelo diciendo “Definitivamente
la ignorancia es el mayor pecado de la humanidad. Parece que el hombre ha
desconocido la supremacía y poderío del Padre Celestial. Con Él todo, sin Él
nada.”
El hombre se regocija de
los progresos y adelantos tecno-científicos que ha hecho hasta la presente. En
aras de una mejor calidad de vida está destruyendo y contaminando el planeta
e incluso está acabando con la humanidad misma, con pleno
conocimiento de causa, acaba, destruye y
manipula.
El hombre, enceguecido por
las ansias de poder, reconocimiento y dinero no le importa que planeta le
dejará a las generaciones futuras. Lo que le importa es poseer más, más y
más a sabiendas que nada se puede llevar cuando termine su
ciclo de vida en la tierra.
Últimamente, la ciencia
con sus científicos y las religiones con sus diferentes representantes, se han
dado la tarea de explicar el origen de la creación y del hombre, argumentos que
muchas veces son 100% humanos y terrenales, en donde no se acercan en nada a la
realidad espiritual del hombre. Estos razonamientos, cada vez nos alejan más y
más de DIOS, trayendo esto como consecuencia paradigmas que enredan y confunden a la humanidad acerca de nuestro origen y
verdadera esencia Espiritual, la cual es
la que realmente nos debe concernir.
De esta manera Hevia nos
habla sobre “los excesos cometidos por el hombre: los antiguos ya conocidos
como la soberbia, la gula, la lujuria, avaricia, envidia, ira, pereza, todos con
sus respectivos sinónimos, y los modernos, uno de los más satánicos de
todos los males, como lo es la idolatría
a toda clase de personas, de cosas, y de posesiones de cualquier bien material,
así como también, el fanatismo, bien sea ideológico, político, religioso, deportivo, racial,
cultural, militar, entre otros, y el
peor de todos, la adoración a individuos
que tengan habilidades y destrezas para el canto, el deporte, la música, la
ciencia, la actuación, el modelaje, las artes, entre otros”.
La invención más maquiavélica de todas, el
origen del apocalipsis del siglo XXI, las tecnologías de información y comunicación
(Tic´s) l como el Internet, cuyas creaciones de toda clase de artilugios, de juguetes
maravillosos y fantásticos junto con las malévolas redes sociales, Facebook, WhatsApp,
instagram, entre otros, han hecho que nos mantengamos ocupados y distraídos las
24 horas del día y nos olvidemos de Dios, nos dice Hevia.
Para Hevia, con esta “jugada
maestra por parte del dios de la oscuridad, con su creación de las Tic´s, logro
al fin su acometido que se propuso desde los mismísimos comienzos de la
creación, que era alejar al hombre de
Dios para que le sirviera a él, y así evitar a toda costa que el hombre se conectara y mantuviera una relación íntima
con DIOS; manteniéndolo distraído, ocupado con sus artilugios y en las cosas triviales de este mundo,
distrayéndolo y haciéndole perder el tiempo en banalidades, y todavía nos
preguntamos ¿por qué la pandemia?”
Dice Hevia, “Admiramos los matrimonios gais, a
los políticos, a los tiranos, a los corruptos, a los ladrones, a los
mentirosos, a los groseros, y muchas otras cosas más. Permitimos
la enseñanza de género a los niños, el aborto, los asesinatos, las
adicciones, las organizaciones GLHTB,
los secuestros, en fin, perdió el temor
a Dios. La humanidad enloqueció, vive la
vida loca, de verdad enloqueció.”
Expresa Hevia, “¡Si,
enloqueció! Por sus ansias de poder, de reconocimiento y de dinero. Estos
dioses modernos, lograron lo que siempre ha querido el dios de la
oscuridad, que los hombres vivan en un mundo sin valores, sin moral, sin principio; haciendo siempre la
voluntad humana, ¡Sí! su propia voluntad, no la que nos enseñó Dios a través de
su hijo Jesucristo, cuyas enseñanza
están escritas en la Biblia.
Debemos obedecer y cumplir la voluntad de Dios, como lo reza el Padre Nuestro
“Y hágase su voluntad aquí en la tierra como en el cielo”, y no la mía”.
Hevia expone diciendo, “¡Sí!
Por eso tenemos la pandemia, por esta
forma de ser del hombre, quien perdió su verdadero norte y se le olvido para lo
que fue creado. En estos tiempos estamos reviviendo las épocas de Sodoma y
Gomorra, la del Diluvio Universal, y muchas otras narraciones de textos sagrados. Estamos comportándonos
igualito que en esas épocas, le perdimos el temor a Dios, nos alejamos de Él. Y
todavía nos preguntamos ¿Porque Dios nos castiga?, ¿Por qué la Pandemia? ¡Que
ilusos somos! Dios no nos castiga, somos nosotros mismos lo que hemos provocado
todo este caos por nuestra forma de ser y actuar, No Dios”.
Continuará…
Redacción: Pasante de UBV. Rosa López
Escuela de Periodismo Edward Murrow de Senderos de
Apure.
Fuente: Entrevista
realizada vía WhatsApp a
la
Doctora Rita Hevia