Columna. Crónicas Alto Apureñas. Aljer “Chino” Ereú.
EL AMPARO Y SU RETROSPECTIVA
El Amparo del Paso Real
frente a la Villa de Arauca,
pueblo de barranca y glauca
con interesante historial.
De una manera especial
dedico a los ampareños
a los grandes y pequeños
esta ajustada reseña
escrita por quien se empeña
en la utopía de los sueños.
BREVE INTRODUCCIÓN.-
El Amparo,
importante población alto apureña capital de la parroquia con el mismo nombre,
vecina de Guasdualito, ubicada al occidente del estado Apure, a 129 metros
sobre el nivel del mar, siendo franja fronteriza con la hermana República de
Colombia, situada a orillas del Río Arauca, frente a la capital departamental.
Inquietud tenía quien cifra estas líneas
en recopilar información fidedigna sobre esta histórica localidad, cuya
categoría de zona de intercambio comercial la ha determinado como un anillo de
encadenamiento de la actividad socioeconómica de ciudades de importancia como
Guasdualito, San Cristóbal, Barinas y Arauca (Colombia).
Obtenida parte
de la información, procedimos a una visita de campo para obtener in-situ
documentación adicional tanto oral como escrita. Esta población satélite con un
gentilicio mixto, también es merecedora de nuestro interés de rescate
histórico, por ello, se presenta un primer capítulo sobre su interesante
retrospectiva, para de esta forma entender con claridad sus inicios y evolución
en el transcurso del tiempo. Agradecimientos a Nehomar Herrera, así como a
Ramón Díaz Siniva y a Carolina Fulco por sus atenciones para con este servidor.
Dedicada está ajustada reseña a todos los ampareños radicados en su lar y a los
esparcidos por el resto del mundo. Con afecto y estima: Aljer.
ACERCAMIENTO HISTORICO.-
Lo más conocido sobre el origen inaugural de El
Amparo, es la suposición que su fundación debió efectuarse a finales del siglo
XVIII (sin fecha exacta), lapso de tiempo cuando ocurre el nacimiento colonial
de otras poblaciones como Guasdualito,
refundado por José Ignacio del Pumar y
Traspuesto, Marqués de la Rivera de Boconò y Masparro, misma época de la fundación de Palmarito (por
Fray Tomas B. de Castro), de La Trinidad de Orichuna y Elorza (por Fray Justo
de Granada). En cuanto a la elevación como parroquia, el profesor Argenis
Méndez Echenique, en su compendio Historia de Apure, señala lo siguiente: “El
Amparo fue erigido parroquia civil el día 20 de noviembre de 1846…” (pág. 118).
Constatación de lo estampado por Méndez E. tiene como fuente los referentes
históricos impolutos del bien recordado Dr. José Manuel Sánchez Ostos, que se
cita en parte, tal y como quedó plasmado:
“La Diputación
Provisional de Apure-Considerando-Que el caserío denominado Amparo en el cantón
Guasdualito, frente a la Villa de Arauca, ha incrementado de tal modo en
población y comercio, que el Consejo Municipal ha creído conveniente su
erección en Parroquia; y siendo un deber de la Diputación acordar el
establecimiento de nuevas poblaciones y resolver los obstáculos que se opongan
a la mejor administración, -Resuelve-, Art 1º Para todos los efectos civiles y
municipales, se erige en parroquia el expresado caserío de Amparo, conservando
el título que hoy tiene…Dada en la Sala de Sesiones en San Fernando a 17 de
noviembre de 1846-17 de la Ley y 36 de la Independencia. (Sic) (Fin de
cita).
Lo anterior resulta importante para el conocimiento histórico, como también justo y significativo mencionar en el abordaje del tema, al inquieto indio jirara Antonio Calaimi, quien mucho antes que el vizconde Del Pumar, se vino a la exploración del territorio alto apureño desde Tame (Colombia) con cincuenta betoyes, tocando su flauta y sorteando toda clase de peligros y desventuras, teniendo como lo definió el padre Cassani: “un corazón más ancho y más abierto que el que de suyo tienen los indios: había salido a buscar fortuna, y le pareció que la había hallado, haciéndose como él decía: un conquistador”. Es de suponer que Calaimi y otros exploradores antes que él como Georg Hohermut von Speyer, llamado Hochermuth, conocido en el nuevo continente como Jorge Spira, representante de la casa alemana Welser, gobernantes de la provincia de Venezuela mediante acuerdo con la corona española en 1528, ya habían llegado al Paso.
Èste Spira
sería el primer forastero en conocer El Amparo en 1536. El cruce fue también
conocido por nuestro Libertador Simón Bolívar, quien estando en la población
del Setenta para la fecha 21 de mayo de
1819, expone a sus oficiales en una choza de paja y sentados en calaveras de
reses la invasión a Nueva Granada. Luego de su llegada a Guasdualito les
expresaría en forma determinante por escrito a los gobernadores de Tunja y Casanare:
“He llegado a esta ciudad, a la cabeza de 2000 hombres que llevo para la
defensa de la Nueva Granada, y conmigo he traído un inmenso parque de armas y
municiones que vienen por El Arauca, y llegarán dentro de tres o cuatro días”
Por allí emprendería el ilustre caraqueño la campaña que permitió la libertad
neogranadina con los triunfos de Boyacá, Pantano de Vargas y Gameza.
SIGLO XX Y CONTEMPORANEIDAD.-
Con la entrada del siglo XX el país mantenía el patrón netamente rural heredado del siglo XIX. Enfermedades epidemiológicas e infectocontagiosas asociadas a condiciones de vida precarias y bajo nivel socio sanitario azotaban a la población y en especial a los pueblos rurales. Otra característica negativa era la alta mortalidad de la época, asociada a la incapacidad de proveer un bienestar de vida a la población. El presidente en el umbral de la nueva centuria (1908) era el nacido en la hacienda La Mulera (Tac) Juan Vicente Gómez, quien sin miramientos desatendió las acciones benéficas dictadas mediante decreto por Antonio Guzmán Blanco (1870-1877). Esto repercutiría para el origen de los continuos alzamientos contra el caudillo andino, pero ninguno con éxito, debido a la falta de coherencia y preparación de los revoltosos quiméricos. La realidad en El Amparo para el periodo era desalentadora por diversas razones. Un pueblo esforzado con ganas de salir adelante, fue el criterio compartido por la mayoría de sus valientes habitantes, quienes fueron moldeando la estructura genotípica del gentilicio ampareño.
Con el
transcurso de los años y décadas, este pueblo por su genética de lucha y por
ser un punto geográfico estratégico fue renaciendo como el ave fénix. Familias
hacendosas y tradicionales como los
Valero, Díaz, Siniva, Bermúdez, Lima, Salas, Vielman, Gil, Rosales, Yayes,
Barco, Mosqueda, Castillo, Pérez, Puerta, Gallardo, Sequera, Torres, Silva,
Chaparro, Cárdenas, Hidalgo, Laya, Rosales, Balajos, Salcedo, Tableros, Coiràn,
Luna, Linares, Guerrero, Machado, Ocarìz, García, Portela, Colmenares, Sereno y
muchas más, quienes con trabajo y honestidad impulsaron el avance de su patria
chica, de su porción de tierra ampareña, sumándose en la odisea comerciantes
visionarios y exitosos que apostaron en ese recóndito lugar patrio al
desarrollo comercial.
El Amparo,
nuestro pueblo colindante que hoy y
mañana recuerda a sus personajes emblemáticos de otrora, como la Loca Aquilina,
como a el Hombre del Buey Careto, como aquel Quinto Patio, como al músico
bohemio y alpargatero Ramón María Díaz, como recuerdan al popular carretero
Miguel “Mananan” Castillo, como rememoran a la emblemática maestra Lilia
Gallardo, sin dejar de mencionar al telegrafista Nelson Berroeta, al sargento
Pedro María Pérez, al ampareño por siempre Memìn Toledo, al conjunto San José
con su director Arcadio Torres, a Chapparro y a Juan Melo, a los folkloristas Luis Franco y Pedro
Mosqueda, y tantos personajes más,
valiosos y bien recordados todos ellos,
que sin duda alguna enaltecieron y otros que siguen enalteciendo a su
terruño con identidad y pertenencia.
Este pueblo
alto apureño con grandes recursos y potencialidades naturales, con un recurso
humano valioso y productivo, con su escuela técnica agropecuaria Francisco
Aramendi, con su puente José Antonio Páez, con su aduana internacional, con ese
calor humano de esforzados ampareños, es sin duda, y lo será siempre: el
principal protagonista de su presente y futuro. Finalizo esta emotiva y
ajustada reseña con lo siguiente:
El Amparo,
pueblo alto apureño,
pueblo venezolano,
quisieron mis ojos
mirarte temprano,
y quisieron mis manos
escribir tu pasado.
Columna. Crónicas Alto Apureñas. Aljer “Chino” Ereú.
ALJER “CHINO” EREÙ.-.
#columna
#cronicasaltoapureñas
#aljer
#guasadualito
#apure
#sanfernandodeapure
#senderosdeapure
#yoamoapure
#venezuela