"El
llano es bello y terrible a la vez", con esta frase él connotado maestro
de la literatura Hispano Americana, Don Rómulo Gallegos, fundamenta la
fiereza escondida en el interior de esta
tierra llana... Doña Bárbara es un producto del imaginario novelesco del
escritor Gallegos, que encuentra forma humana en la recordada y acaudalada
ganadera Elorzana, Doña Francisca Vásquez de Carrillo, por lo que se
convierte este personaje en mitad real y
mitad ficción. La creatividad de la prosa ha sido influyente para dar a conocer
la versatilidad de esa mujer hombruna...El escritor estuvo que aventurarse
Apure adentro para poder organizar, ordenar, sistematizar y publicar la
información recabada de la misma boca de los protagonistas... La profundidad
del realismo mágico, permite esconder verdades que terminan confundiendo entre
la fantasía a cada personaje representativo.
Francisca "Pancha"
Vásquez de Carrillo, es el nombre de pila de la novelesca cacica del Arauca. El
pueblo de Elorza, fue el ambiente o escenario de los hechos, específicamente en
el hato Mata de Totumo Lamero y las demás inmediaciones de su amplio territorio
logrado con mañas, tal es el caso del hato la ceiba, en la novela mentado como,
El Miedo. El conflicto de tierra referido, lo mantuvo con Don Pablo Castillo (Santos
Luzardo), quien era un catire proveniente del Guárico el cual se fundó en las
sábanas cercanas a Doña Bárbara, conocidas como Menoreño... Allí era conocida su actitud de bruja, hechicera o
dañera, atribuyéndole poderes del más
allá, que ella, por supuesto se encargaba de alimentarlos constantemente en la
opinión generalizada de los crédulos peones...
Hizo correr en
la vocería popular su alianza satánica, con alguien que llamaba,; "El
socio", éste a su vez, en ocasiones se hacía ver en forma de toro negro,
sus cascos tan enormes dejaban las profundas huellas marcadas en el territorio
comprometido y en la cual, los llaneros fácilmente las advertía en las rochelas
semejantes a las pisadas en alpargatas y
lo refería como el "Cotizú"...
Este toro aparecía pitando el tercer día de menguante, en ese momento multiplicaba junto a sus largos y tendidos bramidos, cantidades de ganado salvajes en las Rochelas de las matas oscuras, tan solo había que ir a recogerlos la peinada del hato para su hierra... El convenio consistía en que si alguien trataba de enlazar al toro del pacto, encerrarlo o herrarlo, hasta ese día mantenía el pacto y al marcharse también se la llevaba a ella. Había una orden firme de la doña para no encerrar el toro desafiante y fiero. Los vaqueros al oírlo en las noches de luna, se hacían muchas figuraciones envueltas en el frío cómplice, que en forma densa se colaba por entre las colgaduras, mientras allá adentro del hato, la lumbre de las lámparas de carburo se les veía espabilar con el vaivén del viento; de pronto agitaban aún más las circunstancias su risa burlona de mujer birrionda, atizando con más terror, la estancia del hato Mata de Totumo.
La eutanancia natural gradúa de valiente al cobarde. A veces creo, que todo pertenecía a una venganza de Pancha Vázquez en contra del machismo llanero.. En la fundación El miedo, el vértigo era habitual y en la espesura ocurría el rito del espíritu satánico disperso en el mastantal y se apacentaba cuando el disco lunar se dormía sobre el corozo.
Quiso el
destino que Pancha Vázquez solo pariera un hijo, Justo Emilio Carrillo Vázquez
y el huracán del tiempo lo llevó a hombre y estuvo que aprender el lenguaje del
llano que su misma madre había creado. La vida viciosa redunda en los mismos
hechos y cierto día, para salir del oscurantismo, el joven embrutecido por unos
" palos de damasano' (aguardiente en garrafa) quiso fustigar el toro del
pacto, quien desafiante con sus pezuñas
delanteras escarbaba el suelo, lanzándose la tierra por encima del morrillo. La
circunstancias de sus raíces afectó la pasantía terrenal de justo, cuando quiso
colear al cotizu; ya casi le llegaba a la mota, se apartó para sujetarlo por el
rabo, cuando su caballo pisó en falso (se enjolló) y el jinete rodó como
cincuenta metros, chocando contra el duro médano, descerebrándose (esnucado) al
momento. Sus ojos negros vidriosos quedaron abiertos como si hubiera retratado
al toro con ellos. Desde ese día empezó la debacle de Doña Bárbara o pancha, en el mismo lugar enterró su único
retoño, de esa forma se lo devolvió a la sabana, hermosa y terrible a la vez;
el socio luego vino a buscarla, porque todo vuelve a su lugar de origen...
Autor: Ramón Ojeda Crusate.
Cronista del Municipio Rómulo
Gallegos.
Elorza, Noviembre 2022.
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