El duelo terminó en extrainning, en el décimo capítulo, con marcador de 11 rayitas por 10. Imposible que el todos contra todos se encuentre más parejo, con los cinco equipos igualados en la punta, tras la paliza que le propinó Caribes de Anzoátegui a las Águilas del Zulia.
En ese décimo acto la cosa fue así: el joven Loiger Padrón fue el pitcher que eligió el mánager melenudo para ese momento tan crucial. Reegie Corona abrió la entrada con hit, para despertar las esperanzas de la divisa turca, que disputaban un duelo crucial. El experimentado Endy Chávez se sacrificó, y movió a Corona hasta la intermedia En esa jugada el pitcher Padrón comenzó a mostrar síntomas de nerviosismo, cuando lanzó contra la tierra a la inicial.
Entonces Elvis Andrus llegó al plato con el chance de matar el juego, pero hizo el trabajo del obrero moviendo el corredor hasta la antesala, mientras fallaba por la vía 4-3. Al cajón de los bateadores llegaba Pablo Sandoval, el hombre del momento, el grandeliga venezolano más popular en la actualidad, y uno de los jugadores más carismáticos de la gran carpa.
“El Panda” había hecho explotar el estadio José Bernardo Pérez horas antes, en el cuarto inning, con un grand slam que volteaba el marcador y le daba la ventaja momentánea al barco. La orden del Kremblas fue darle cuatro malas al grandeliga, para medirse a Mario Lissón. Un boleto intencional debe ser la jugada más rutinaria del beisbol, que no suele ni debe causa ningún tipo de inconvenientes al pitcher. Pero los nervios y la presión se apoderaron de Padrón, que apenas tiene 21 años.
Las bolas intencionales no fueron al pecho del catcher, como es costumbre, sino demasiado altas o contra el suelo. Tanto así, que el catcher Yorvit Torrealba tuvo que hacer grandes esfuerzos para evitar que la carrera que los dejaba en el terreno entrada producto de un wild pitch.
Era evidente que Padrón no controlaba sus emociones.
Con Sandoval en primera y Corona a 90 pies del home, el experimentado Lissón llegó al plato. Esperó el primer pitcheo, y al segundo conectó un rolling sobre segunda que trajo la rayita y desató la algarabía en Valencia. “El muchacho estaba un poquito nervioso y sabía que debía aprovechar la oportunidad. Estaba esperando un slider y lo pude conectar”, dijo Lissón después del partido.