Séneca
(el joven) refirió: nada es tan cierto como la muerte; y San Agustín postuló:
“todo es incierto; sólo la muerte es cierta”.
Crónica.
Aljer “Chino” Ereú.
Marcha
usted amigo mío a los umbrales celestiales, y yo acá en esta habitación, con el
corazón compungido, con el rostro pesaroso, con mis manos trémulas, tratando de
articular este códice, que más escrito por mí, es escrito por el dolor de
decirle adiós a mi mejor amigo en estos últimos años, años en los que tuve la
oportunidad de estrechar una congenia amistad contigo, al igual que con tu
entorno familiar, el cual me abrazó con singular franqueza. Podría escribir
mucho diciendo poco, o quizás poco expresando mucho.
Pero
sin duda que lo extrañaré amigo mío, extrañaré esas conversas domingueras, las
jaranerías de parte y parte, las confidencias y recuerdos de nuestras vidas,
esas invitaciones a los viajes mentales, a la reminiscencia del pueblo que se
fue para no volver, esas palabras suyas: quédese en Guasdualito y siga su
trabajo, siga escribiéndole. Como la máxima anterior de Lucio Anneo: nada es
tan cierto como la muerte; y es así, hoy estamos mañana quizás no; y fíjese
amigo mío, ayer fue mi última visita para ti en tu casa, allí leímos la sagrada
escritura, y en mi sentir quise orarte, quise orar por tu recuperación; luego nos
despedimos con un estrechón de mano, no pensé que sería el último. Consternado
estoy amigo mío.
Mi
cariño y respeto por ti no acaban con tu partida, se mantendrán mientras Chino
Aljer viva, ojalá que este pueblo honre tu memoria de una forma tangible, nuestras
historias menuda y contemporánea están de luto, el municipio está de luto y en
deuda contigo. Elohim Yave te reciba en su reino eterno, por allá nos veremos
cuando Él en su perfecta voluntad lo disponga.
Aljer.-
EXER
ARMANDO FULCO
Cada
pueblo tiene sus historias y estas historias sus escribientes, sus Simas Qian y
Píndaros locales, y es gracias a estos inquietos y acuciosos investigadores que
se conforma la memoria histórica popular, no siendo una tarea fácil en la
clepsidra del tiempo vencer óbices para lograr a través de la recopilación de
lo cognoscente las respuestas presentes a las interrogantes pasadas. Siendo
así, es de gran magnitud, considerable y meritoria la faena cumplida por el
ubérrimo profesor Exer Armando Fulco Taquiva “El Cronista de Periquera”,
guasdualiteño de rancia progenie preocupado siempre por dejar un legado en
forma tangible a sus coterráneos.
Nace
en la población de Guasdualito el 23 de febrero de 1952. Hijo de don Carmelo
Fulco y de la señora Josefa Taquiva. Catedrático jubilado de vasta trayectoria
cuyos años de docencia transcurrieron en diversos centros educativos del
municipio Páez, entre ellos: Escuela Técnica Agropecuaria de El Amparo (ETA) y
el Liceo Fernando Calzadillas Valdés. Su extenso curriculum vitae contempla:
Supervisor de Zona Educativa, Jefe de Distrito Escolar N° 04. Cargos políticos:
Ex –diputado (1993-1995); ex -alcalde del municipio Páez (1996-2000).
Desde
sus primeros años, su catalejo fue absorbiendo las cromaticidades del
Guasdualito Macondo, para abriles más tarde pintarrajear con sus oleos mentales
el triparte retrospectivo de su lar nativo. Sus manuscritos alejandrinos:
Pueblo que Nunca Olvido, La Historia no se Acaba, Crónicas de mi Tierra, Un
Secuestro, un Avión, Guasdualito Ayer y Hoy, y Cuartel Viejo de Guasdualito,
son referencias obligadas para los ensambladores y exegetas de nuestra
historia. Cincelada en granate y mármol esta su querencia por su pueblo, por su
gente e indisiocracia.
Sin
duda alguna que su obra transcenderá en el contubernio de la era, manteniéndose
vigente de generación en generación, por ello es justicia que en vida sea
declarado por gerencias visionarias como patrimonio histórico humano de nuestro
pueblo y jurisdicción municipal.
A
EXER FULCO
/
El
tiempo es fiel testigo
de lo
que somos y no seremos,
con
el tiempo volveremos
al
lugar dónde partimos.
Entonces
abrir caminos
es
tarea obligatoria,
para
dejar en memorias
nuestro
recuerdo tangible
y
que otras manos plausibles
aplaudan
nuestra trayectoria.
/
El
hombre alcanza la gloria
y
con ello su equilibrio,
primero
teniendo un hijo,
continuidad
de su historia.
La
segunda aprobatoria:
sembrar
un árbol, que es vida,
la
tercera requerida:
escribir
al menos un libro,
para
que, en los años furtivos,
su
vejez sea colorida.
/
Exer
Fluco en su vida
ha
cumplido lo anterior,
hoy
cosecha con fervor
los
frutos de sus expectativas.
No
fue un barco a la deriva
en
medio de fuertes tormentas,
supo
mantenerse alerta,
hoy
su ancla está segura
y su
legado perdura
en
papel y estampa imprenta.
Hasta
una nueva oportunidad amigo mío...
ALJER
Guasdualito,
01 de febrero de 2019
Hora:
03.02 pm